Translate

lunes, 13 de diciembre de 2010

Dime que calzas y te diré quien eres

(Texto publicado en Victoria Rolanda el 29 de Noviembre)

Lejos estaba de ser las doce de la noche. Lejos estaba de parecerse a la escalinata de un palacio real, de que vos seas la Cenicienta y él, un Príncipe Azul enamorado con ganas de cortejo, pero de zapatos se trataba. Esta es la historia.

Martes, uno regular, insípido, inodoro, incoloro como esos que tenés hace unos algunos meses ya. ¿Yendo a dónde? Si, adivinaste, al trabajo, uno regular, insípido, inodoro, incoloro ese que tenés hace algunos años ya. El mismo bondi, o mejor, la misma línea porque éste no tiene los dados y el chupete rosa colgando del espejo como la unidad de ayer, o sea, es otro bondi o por lo menos otro chofer con diferentes inquietudes: éste prefiere tener una bandeja pegada sobre la expendedora de boletos ofreciendo una variedad de bebidas alcohólicas en miniatura que a simple vista tuvieron dos destinos: o se evaporaron bajo los rayos utraviolentos de un sol de enero o fueron ultimadas por alguien que a juzgar por la cadena de frenazos que provoca cada dos paradas es precisamente quien no debiera haberlo hecho.

Hoy parece que frenada a frenada y codo a codo son mucho más que dos los que aprenden por la fuerza el baile del caño, incluso vos. Mientras que a dos pasajeros mas allá un pendeviejo con sudadera fluo y vincha de lentes ahumados logra una inversión corporal por sobre la monjita rezando un Ave María cada vez que espía de reojo su abductor interno superdesarrollado, vos, dos pasajeros mas acá, justo al lado tuyo el dueño del otro codo tiene unos zapatos que casi te invitan al dialogo.

Si, zapatos, leíste bien.

Un par color rojo pasión dos tonos más oscuro. Ese elegantísimo tono que seguro combina con todo aunque nunca pudiste comprobarlo porque, claro, nunca saliste con un tipo que los calzara y de ahí la intención de aceptar la invitación al dialogo. Un par ni muy cortos para hacer el paralelo inmediato e imaginar pidiéndote un taxi decepcionada luego de un pequeñísimo inconveniente de alcoba ni muy largos para pecar de fanfarrón y también imaginar pidiéndote un taxi casi feliz luego de un grandísimo inconveniente que te deja caminando como John Wayne por una semana. Ahora si al candidato le faltaban algunos puntos para el primer premio en el concurso Mr. Hombre Ideal, unos finos cordones negros dan el veredicto final: estas delante del ganador, ese candidato que ajusta pero no aprieta tal como sus cordones.

No podés creer que hayas encontrado al príncipe azul un martes a las ocho de la mañana en el sesenta y ahí nomás le pedís a la embarazada que te pellizque para constatar que es real cuando a través del reflejo lustroso del par derecho hay algo que brilla demás. No me digas que tiene un diente de oro porque es lo más, pensás, da pirata onda Jack Sparrow y ya quisieras que te robe todo, hasta el corazón, pero no, lo que brilla en este caso parece que es oro con forma de anillo ubicado justo en el dedo espanta toda posibilidad de flirteo. Seguís la pista, de abajo hacia arriba y el príncipe azul que había hecho tu martes menos martes, no solo calza los zapatos más lindos del mundo y el anillo más brillante del universo sino que además abraza a la mujer más enamorada de esta historia que en este caso no llegaste a ser vos.

Y nos dieron las diez y las once para cuando se rompió el hechizo, las doce y la una para cuando estas corriendo por la única escalinata que conocés, la de tu insípido, incoloro e inodoro trabajo, las dos y las tres para cuando parás el próximo bondi que rogás que esta vez solo lleve pasajeros en zapatillas, solteros y con ganas de ser Príncipes Azules.

martes, 30 de noviembre de 2010

¿Bárbara a los treinta?

(texto publicado en VictoriaRolanda el 15 de noviembre)

¿Bárbara a los treinta? Me hice esta pregunta a los pocos días de haber cumplido treinta y a las pocas horas de que él, sin repetir y sin soplar, dejara de ser mi Es para pasar a ser mi Ex.

Para muchos es una pregunta retórica para mi es una a la que le busco respuesta todos los días y solo a veces puedo responderla.

Aunque la gente luego de hablar conmigo concluya que tengo un problemita con las generaciones, sigo insistiendo, que no es lo mismo tener veinte que treinta y el que diga lo contrario que se pague una ronda de alguna bebida espirituosa y lo discutimos.

Me parece oír alguien gritar ¡Mozo una vuelta para todos por favor! Ok, tomo el desafío.

Domingo. Bar de la tercera edad, el único por la zona. Hora en que un ejército de galletas de agua libran fuego contra las venas de quienes miran el ocaso del fin de semana por la ventana. Él tomando un insípido te verde, yo una sabrosa cerveza negra. Entre su segundo y tercer sorbo me dijo algo como que se quería tomar un tiempo, entre mi segundo y tercer vaso le pedí al mozo un Tiempo doble on the rocks para el señor, pero para cuando levanté la mano e hice el gesto ya me había dejado sin irse, claro, seguía sentado tomándose su té dulce mientras yo ultimaba mi cerveza cada vez mas amarga hasta que tomé la decisión: me levanté y me quedé, si, me quedé sin aliento para decirle “todo bien” con mi típica cara de “todo mal” y enfilé para la puerta sin mirar atrás.

Sola otra vez. Pero esta vez pega como patada ninja directa al pecho, esa que te deja sin respirar y no porque no estés acostumbrada a este tipo de golpes sino que ya no tenés veinte para seguir creyendo que vendrán tipos y tiempos mejores. El rango de chances se acorta porque ya no da lo mismo salir con un hippie dispuesto a no pagar ni un agua de parado en un bar de estación ni con un workaholic dispuesto a cotizar su vida en bolsa y menos con uno que de movida te aclara que quisiera ir al psicólogo pero que es su trauma sin resolver. No, la verdad que no. No da lo mismo a los veinte que a los treinta.

Y entonces te quedan por responder dos preguntas, la primera es esa que sobreviene a los minutos de contarle a tu amiga que de nuevo te estás bajando medio kilo de crema del cielo como souvenir por el plantón: ¿Y ahora qué vas a hacer? Y qué se yo, respondés, de verme hamacando mellizos en Plaza Sésamo pasé a verme viendo a otros hacerlo, me quedé sin recetas y eso que tenía un libraco como el de Doña Petrona, tapa dura y todo. La segunda te la hacés vos el lunes a la mañana mientras te maquillás en el bondi usando el espejito de manos de retrovisor y detectando la presencia de un lindo gatito en el asiento de atrás: ¿Estoy bárbara a los treinta? No lo sé y supongo que lo sabré en el próximo capítulo mientras tanto un vaso de agua y la hora no se le niega a nadie así es que escondés tu reloj, giras y le decís: Hola, me dirías la hora por favor.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Luxación de cóndilo

- Luxación de cóndilo, me dijo.
- ¿Qué?
- Luxación de cóndilo. Ahora me vas a decir que no sabes que es luxación de cóndilo.
- Dale decilo una vez mas sin explicármelo, nena.
- Pará no me hagas hablar mucho que me duele. ¡Si se te habrá trabado alguna vez!
- No podría responder a tal afirmación porque definitivamente no se que es el cóndilo y menos que se podía luxar, ahora si sos tan amable ¿podrías ilustrar a tu querida amiga que hace media hora que tiene la medialuna de grasa suspendida en el espacio exterior entre la palangana de café con leche y la boca, solo para evitar escupir las migas por asco o por risa? Reitero la pregunta y no vale decir Domingo ¿Qué es luxación de condito?
- Mira, la verdad que no me acuerdo como fué, el caso es que estoy durmiendo la siesta, creo que soñaba que le decía a mi jefa que guardar las galletitas en el cajón de los formularios es una mala idea porque es la décima vez que sello al dorso con membrillo de Pepa y tocan el timbre, miro el reloj que no deja de marcar las horas y se caga en que mi vida se apaga: diez de la noche ¡que increíble! había usado la única posibilidad de chaparme a Richard Gere en la yegua de mi jefa ¡ni en sueños mi inconsciente me hace gancho con un tipo como la gente!.
- Medialuna, espacio exterior, taza de café con leche tibio ¿Te suena?
- Bueno, entonces eran las diez de la noche e inmediatamente me acorde que tenia una cita pero luego me di cuenta de algo peor: que ése timbre era La Cita y que todavía me faltaba depilar una pierna y media, una axila, chequear el cavado, por suerte el bozo –palabra que odio- ya lo había liquidado mientras me decoloraba las patillas y dejarme diez minutos mas el baño de crema para hidratar los oscuritos.
- Los claritos Manu, los claritos.
- Oscuritos Lau, oscuritos y no me corrijas que tenés menos peluquería que el Indio Solari. Eso no es todo, además me faltaba rezar para que del otro lado de la cordillera de ropa que tenia que escalar hubiera alguien que estuviera harto segura de lo que tenia que ponerme, pero eso no era el problema, el pequeño y sutil inconveniente era que no sabia qué dedo estaba accionando ese timbre, que cuerpo le seguía a ese dedo y por transición quien era el que estaba llamando a mi puerta ahora con tanta vehemencia.

Pausa

- ¿Lau te puedo pedir un favorazo, si mojas la medialuna te la podes meter urgente en la boca así evitas los derrumbes? Porque vas a terminar comiendo el café con leche y tomando la medialuna.¿Por qué me miras así?, ¿qué tiene de malo? Le pasa a cualquiera ¿ahora me vas a decir que nunca te pasó de citarte con alguien y no acordarte con quien?

Silencio.

Derrumbe de la puntita mas quemada de la medialuna, ese manjar de grasa que justifica el choreo que vas a terminar pagando en un bar recopante de Palermochorros. Esa, puntita quemada y crocante que acabas de perder por tratar de recordar cuando tuviste una cita y no te acordaste con quien.

- Por la forma de tocar el timbre podían ser solo dos masculinos, los únicos dos que te deambulan hace varios meses, unos que bien podrían estar en peligro de extinción pero los salva la Sociedad Protectora de Impunes en Extinción: ejemplares que viven agazapados en su pelotudez y cuando un femenino les canta piedra libre, el lindo gatito se convierte en un feo chita capaz de correr cien metros llanos antes que suene la campana de largada, porque no vaya a ser cosa que de cazado se convierta en casado ¿O al revés?
El punto es que uno de los dedos, que tocaba por cuarta vez, podía llevar una P mayúscula por anillo. Un dedo que carga a sus espaldas un dueño que no es cualquier looser, no, es uno estoicamente orgulloso de su condición porque de alguna manera le resulta mas fácil la vida: de enfermarse se enferma cada dos por tres y se cura cada muerte de obispo pero se mofa de eso y con las anécdotas causa sensación en reuniones de amigos; de ganarse un premio lo hace solo comprando todos los números y de ganarse una mina… bueno, eso si que lo hace seguido porque pareciera que así seduce: es el famoso perdedor que siempre necesita ayuda y que por eso despierta en nosotras el instinto maternal que, de no tener hijos ni gatos, descargamos catárticamente en ese looser que lo está esperando con los brazos abiertos.

El otro dedo podría llevar por dueño al Feo: uno que aplaude en el espejo cada mañana cuando al despertar comprueba que su fealdad está en alza y lejos de llorar por los rincones es feliz por eso. Un empresario y militante de su condición que no solo vive de eso sino que se desvive porque el mundo le reconozca derechos particulares, como si por ser una Susanita Incurable el universo me tendría que otorgar sesiones de psicoanálisis gratis de por vida.
Él, portador de una fealdad que en lugar de hacernos retroceder, nos da un empujón sin paracaídas y a la velocidad de la luz al abismo de una ceguera inducida mas por la ganas de no estar solas que por las verdaderas ganas de estar acompañada -con todo lo que eso implica-.

- Se me enfrió, la medialuna, el café con leche y las ganas de saber quien mierda era el que tocaba a la puerta y que es la luxación de cóndilo.
- Manu, hace cuanto que no…
- Lau, no sea machista, nena.
- Bueno algo de eso hay viste. Teneme paciencia ya termino.
- Es que la paciencia puso las sillas sobre las mesas, apagó las luces, está bajando la cortina y tiene ocho ojos que esperan que pidamos la cuenta.
- Ok, al final, el que tocó el timbre era mi vecino, que esta mas bueno que comer pollo con la mano, pidiéndome si podía pasar para su departamento por mi balcón porque le había quedado la llave adentro, le contesté que si, que podía, pero que justo al balcón se sale por mi dormitorio y que si le quedaba cómodo, de paso, podía preparar unos Fernet con Coca, hablar de banalidades varias y hacerme recordar viejos tiempos de sexo desenfrenado.
- ¿Y la luxación de cóndilo?
- Googlealo. ¡Mozo la cuenta por favor!

miércoles, 29 de septiembre de 2010

De Róbert a Roberto sin escalas

Cuando en la agenda de tu celular reemplazas el amoroso y súper canchero Róbert al frío y despechado Roberto es que la cosa paso de Guatemala a Guatepeor sin escalas.

Noche, oscura noche. No tanto como va a estarlo dentro de unos minutos. Vos y él en su auto, los tres en la puerta de tu casa. Algunas cervezas negras de más, no tantas como hubieras preferido para poder ahogar la pena que te va a dar la siguiente frase:me llamo mi ex y quiere hablar.

Él acaba de deletrear esa tremenda frase así, muy suelto de cuerpo y de culpas.
Así que quiere hablar con vos, mira que divina. ¿Porque no la invitamos a tomar la decimocuarta ronda de birra que necesito para entender lo que me estas diciendo? Dale, yo pago una vuelta más para los tres y hasta para los borrachos del tablón ¡Mira el sentido de la oportunidad que tiene esta chica, es maravillosa! Seguro que acotaba comentarios pelotudos en medio de una escena de esas de suspense hitchcockiana en el cine, no? O en medio de una presentación familiar preguntaba como estaba algún pariente fallecido recientemente y a continuación se disculpaba por el mistake llevándose la servilleta a la boca solo para atajar la incontinencia de frases hechas que se le ocurrían para disculparse. ¡Que diosa! ¿De donde la sacaste? ¿Del Olimpo De las Púberes de Tetas Alzar?
Justo cuando estas a punto de concretar una segunda cita con un pibe que luego de la primera no desenrrolla el pergamino de patologías congénitas, a este pimpollo de yegua se le ocurre arrepentirse de haberlo dejado y encima quiere hablar. ¡¿De que?! ¿De porque el Ken no formalizó con Barby Cristal? ¿De por que la Tammy fue condenada a ser la sirvienta de una rubia hueca 60-90-60 solo por ser morocha y no tener articulaciones en las piernas? Pero porque no llama a la psicóloga, a la amiga con pack llamadas gratis o al 911 y de paso se engancha con algún poli de turno y se deja de meter el culo manzana donde no la llaman?

¡Flaco te dejó! ¿Que parte no entendiste? ¡Ahora vos pasas a ser su ex! Si jugamos al ahorcado con la palabra seguro que no me ganás. Te la deletreo rápidamente: E-X.
Wikipedealo, googlealo, hojeá el Libro Gordo de Petete, hace algo para enterarte el significado de la palabra y sino leeme los labios: dícense de alguien que fue, alguien que ha dejado de ser, puede ser novia, amante, concubina, madre, tutora o lo que haya sido. Alguien que te dejo como te deja el bondi cuando llegas tarde al trabajo un día de tormenta, como te deja el hambre cuando comes, como te deja el tiempo cuando no lo vivís. Enterate que en un abrir y cerrar de ojos con pestañas postizas te cambió por dos de veinte.

Ahora si, la noche es la más oscura en mucho tiempo y eso que no estaba pronosticada ni por el más esperanzador de los horóscopos ni por el más acertado de los meteorólogos.
Ningún censo nos alerta de que en el mundo hay mas turcos de lo que creemos, mas neblina de lo que pronostican o mas tipos perdidos de los que nos imaginamos o todo eso junto elevando a la enésima potencia. El caso es que ni al que te acaba de dejar en la puerta de tu edificio, con un molinete haciendo las veces de puerta de auto, lo guía el norte que le pueda llegar a indicar la brújula mas calibrada y es ahí cuando comenzás creer que todo es un juego de pistas y contratistas, de fríos y calientes que te dejan en un gélido polo, bien lejos de él, bien cerca de vos gritando el avión, el avión junto a Tattoo, un enano que bien podría viajar de La Isla de la Fantasía a tu agenda de contactos sin escalas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Eso es todo amigos

Que bueno es descubrir, luego de haberte limpiado los últimos lodos debajo de las uñas, que cuando algo termina en realidad algo comienza.

Chocolate por la noticia me vas a decir vos que ya te sacudiste el barro de la ultima lucha libre y radiante mostrás tus mejores brackets que ahora te quedan mas sexies que nunca. Si, a vos te hablo que desde ese lado del mostrador la vida te sonríe con los dientes bien parejitos porque ya estuviste de este lado más veces de las que quisieras, como muchas de nosotras, como pocas de las que ni saben que existe un otro lado.
Si vos, que limándote las uñas decís, que noticia que cuando algo se termina algo comienza y te digo algo más –como si fueras a develar el verdadero sentido de la vida- agregas: siempre que se termina algo es para bien o para mal. Genial, si había algo que querías escuchar son palabras que te llevaran en balsa hasta la costa de la nada misma.
El punto es que ahí es donde quiero tirar ancla y reposar. Ahí, no en la costa de la nada misma, sino en el mostrador o en el límite, la idea de ese limite en el que te meces durante segundos contados a mano, minutos de llamadas esperadas, horas de días, días de meses, meses de años, años de vida. Ese límite en donde el barro es más sucio que nunca y humedece los huesos que no conservan la memoria de cuando estaban sanos y no dolían. Ese límite donde también el barro deja de ensuciar, en donde los huesos reconocen que la humedad es solo una circunstancia, igualito que el dolor, una circunstancia. Pero como cuesta. Como cuesta reconocer que hay otro lado del mostrador, como cuesta creer que esa madera vieja y ese mármol agrietado son solo una idea, una falsa creencia. Como cuesta creer en que podes ser cliente y vendedor, que podes embarrarte y no ensuciarte, que podes terminar y empezar, que podes sentarte, abrir un libro y leer: Había una vez y Eso es todo amigos al mismo tiempo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

No soy yo, sos vos

Aunque viste diez veces El Secreto, leíste cuanto manual de metafísica había en la biblioteca de tu vieja y eras fiel practicante del pensamiento claro y actitud positiva, hoy no crees en nada. Y esta vez no sos vos, fue él.

A días de haber terminado una relación que ni siquiera empezó –y no solo es un juego de palabras- preferís creer, y hasta por ahí nomás, en la Santísima Trinidad: Superman, Batman y la Mujer Maravilla, aunque pensándolo bien – y no es por despecho, que quede clarísimo- mas en esta última que en los primeros.

Superman. Si antes te parecía un churro tremendo, con un porte de telenovela, hoy su rulo te parece más deprimente que el de Riverito. Un tipo con baja autoestima y fobia a la criptonita que necesitaba destacarse del resto buscando su aprobación salvando vidas por ahí, evitando la muerte por doquier, en fin, yendo en contra de la Pacha Mama o del destino, inclusive de vos mismo: -Querido, el tren se quedó sin freno, ya recé cien padres nuestros, banqué al insoportable de mi marido por mas de treinta años, me gané el paraíso por lo menos por cinco reencarnaciones ¡si el tren se viene a pique, dejalo! ¿A vos que te molesta?.
Y así el señor Kent se pasó la vida creyendo que le hacia bien a la humanidad mientras a mi tía se le hinchaba la carótida gritando frente al televisor que el casamiento y la mortaja del cielo bajan, que no insista mas en alimentar su ego a costa de modificar el destino al resto de los mortales mientras yo gritaba a la par: ¡Superhéroes del mundo, no somos idiotas y sus enemigos tampoco! Los anteojos no son antifaces, o sea, vos te los pones y tu cara se ve, sos el mismo pero con anteojos. ¡Archienemigo entra en razón! el boludo cuatrojos es Superman, copate y atrapalo ahora que sin traje no tiene coraje ni para confesarle su amor a Luisa Lane.

De Batman siempre te fascinó la capacidad para acudir a la Bati-Señal sin chistar. Ya te gustaría ser el comisionado Fierro levantando el tubo rojo y que al instante aparezca tu héroe y sin cuestionamientos se ofrezca a hacer el bien sin mirar a quien. Pero hoy, piltrafa como estas, recordás que ese Bati-Seudo-Hombre, el héroe de tus tardes, era otro gil con problemas familiares, vengativo por donde lo mires, raro, muy raro. Con un mayordomo obsecuente y un Robin de lazarillo que no servían ni para hacerle entender que su problemita era la envidia, si, la envidia: porque el Pingüino, el Guazón y hasta el Rey Tut -el menos carismático de todos- tenían mucha más onda que él y que todos los súper héroes ocupas del Palacio de La Justicia, edificio que si hubiera tendido dirección legal en Buenos Aires, no hubiera quedado uno sin pasar por el diván de algún psicoanalista freudiano.

Hoy sentís que no crees en nada de lo que creías hasta hace media hora -antes que él galantemente y con un té de hiel de por medio- te dijera que no sos vos, que es él. Te lo dijo a vos que siempre quisiste ser una súper mujer, capaz de cambiarle la vida a cualquier Bati Seudo Hombre que te diera un mínimo de bola y así te fueron las cosas.
A vos, una Wonder Woman rioplantense, a la que ni la cintura de avispa le queda por la sobredosis de Marrocs que devoraste a modo de paliativo antidepresivo. Un vicio contraindicado por tu nutricionista que ya no sabe como decirte que la aguja de la balanza se aburrió de hacer pogo entre el cero y el cien.
Vos, un mujer no tan maravilla, con la innata capacidad de dar vueltas y convertirse en otra, para bien y para mal: un giro y sos una profesional ecológicamente responsable, otro giro y la verdad que te coparía jiponear en Capilla del Monte y hacerle dedo a un Ovni que vaya para El Bolsón; te morís por una porción de fritas pero si el delivery de la heladería te trae un cuarto de helado a las tres de la mañana tocas el cielo con las manos; te querés ir sola a Machu Pichu pero si es con un machu mejor; me gustas mucho, la verdad que sos el Bati Seudo Hombre de mi vida pero si pego otro giro, ya lo estoy pensando, en realidad tenes muchas cosas que no me copan demasiado, no sabes si vender estampitas en el tren o ser gerente de sucursal; te quiero pero si doy una vuelta mas, quizás me doy cuenta que te amo y no se como decírtelo.


Ah mira... así que no soy yo, sos vos. La verdad, ya no se en que creer, estoy mareada o no Lo único que te digo, antes de tomar el ultimo trago frío de hiel, es que si sabes como arrojar el trompo quizás, hasta no se caiga y quede haciendo bonitos giros por un buen rato. Salvo que vos, mi Marciano Favorito, te hayas perdido el yeite por haber estado embobado viendo a la blonda Mujer Biónica.

lunes, 19 de julio de 2010

Alcoyana-Capri

Basta de boludos que nos ilusionan. Somos mujeres, madres –ok, madres todavía no- y argentinas. ¡Viva Perón carajo!

Es el mensaje que le enviás a tu amiga justo en el mismo momento en que el mozo retira los platos que nunca fueron servidos, las copas que nunca fueron brindadas y el mantel que nunca fue manchado más que por migas de la panera que te devoraste mientras lo esperabas a él que nunca llegó.

¿Y porque no? ¿Porque no aceptar todas las citas que se presenten? Quizás alguno me guste, quizás con alguno llegue hasta la segunda cita, la tercera y ,con un poco de suerte y viento a favor, un cine de domingo por la tarde.
Y si, yo me mando. De ahora en más el que me proponga una salida yo le doy pa´ frenchi. Total no pierdo nada. El No ya lo tengo -si habré hecho las locuras más horrorosas con esa excusa, no me alcanzarían las horas de todas las madrugadas del resto de mi vida para enumerarlas-.

Y así empezaste a aceptar toda cuanta cita surgía por mensaje de texto, por chat, por Facebook, en el trabajo, en la parada del 60 un domingo cuando ibas al Tigre con tu vieja, en la puerta de un taxi que disputaste con quien además de compartir el viaje hasta Tribunales compartieron esa misma tarde un chocolate con churros en La Giralda.
Citas de las mas variadas: parrillada completa para cuatro siendo dos; cerveza negra helada contra juguito de limón sin azúcar en una mesa enclenque de ex Palermo Viejo devenido en Palermo Súper Mega Archi New; un sábado de súper acción pero no por sexo, que solo quedó en los ratones de tus ratones, sino por una película de acción que te llevó a ver marca Embole Prodacshions sin pochoclos, ni nachos con queso cheddar ni gaseosa grande, ni un besito de yapa, nada de nada, apenas unos palitos de la selva con el papel pegado imposible de pelar.
Especimenes dignos de alistarse detrás del ultimo ejemplar de la era paleozoica del Museo de Ciencias Naturales de Parque Centenario: el casado aburrido de su mujer pero con ganas de reconstruir su pareja a costa tuyo, un recién separado con ganas de reconstruir su vida, otra vez, a costa tuyo; un soltero vitalicio de la casa de una madre que solo lo alberga para no dejarlo indefenso en medio de una jauría de mujeres al acecho de la codiciada herencia: un televisor a tubo catorce pulgadas, una mecedora de la nona Maria y una corbata de seda italiana del abuelo Santino.
Sin olvidar, aunque la memoria quiera fallar de: un pendejo cruza He-Man y Kent con sello Mattel en la nuca siempre dispuesto a ser tu SexToy 48hs al día pero al que ya le quisieras encontrar el interruptor porque apenas si te bancas dos seguidos en menos de cinco horas; un David Copperfield fuera de ley, ilusionista de Warnes capaz de hacer desaparecer autos y donar algunos sucios morlacos a Felices los Niños para limpiar culpas; un novel escritor devenido en su propio antagonista por no poder encontrar la formula de la gloria pasada y un piloto de avión al que mas que faltarle horas de vuelo para convertirse en Top Gun le faltan hora de cocción para convertirse como mínimo en un ser con categoría de humano.

Restó en las Cañitas. Nueve menos cinco. Esperas en la esquina para disimular ansiedades.
Nadie. En ninguna mesa. Es temprano pensás y te acomodas en una ubicación estratégica desde donde se ve la puerta y la ventana. Te sentas y esperas.

Este si. Éste puede ser. Creí que no llegaba, menos mal que salí rajando del laburo para llegar a tiempo. Decí que conseguí un turno en la peluquería justo en la hora del almuerzo, Marita siempre me deja divina, no se como hace, mira que tiene la misma planchita que yo, esa profesional que me compré a cincuenta cuotas sin intereses junto con el plasma que se compro mi viejo para ver a la selección, que bronca como perdimos contra los Alemanes, que bárbaro. Menos mal que el finde me fui a depilar porque sino el Amazonas era una llanura a lado mío, ahora lo que si, la guacha de Maria Herminia, me tiro unos formularios para firmar a ultimo momento, yo le dije, ¿pero escuchame querida, no me viste nueve horas sentada tipo R2D2, como una yegua mecanizada dale que te dale con la firmita? ¿No podías habérmelos dado antes? No se, digo, quizás antes de franelear con Ricardo en el ascensor entre el cuarto y el quinto. Si, ¿te pensás que no lo sabe nadie? Claro que se sabe, todos lo saben, sobre todo tu ex.

Y media. Que hambre que tengo, pero si pido quedo como una gorda y si tomo un vinito, como una borracha.

Las diez.
Y nos dieron las diez y las once, las doce, la una, las dos y las tres. La puta no viene. Quisiera ir al baño pero mira si me levanto y justo no me ve y se va.

Las doce.
El himno cantado por Charly García suena desde un taxi que estaciona en el semáforo. El chofer lo tararea.
El mozo retira los platos que nunca fueron servidos, las copas que nunca fueron brindadas y el mantel que nunca fue manchado más que por migas de la panera que te devoraste mientras lo esperabas a él.


Entre citas, esperas y desesperas pasó un año. Un año, con sus largos días y sus eternas noches, un año de esa vida que habías creído nunca mas vivir justo cuando lo conociste a él, tu ex, en ese entonces El Elegido, quien había logrado convertir la aburrida agua en vino embriagador, quien demostró que hasta los mares se podían abrir con pensamiento fuerte, el mismo quien terminó bajando la bandera de largada hacia una carrera que ya no querías correr, la de la conquista de otro hombre.

Basta de boludos que nos ilusionan. Otra vez Alcoyana-Capri, le escribís a tu amiga.
Pedite un Malbec y un Mouse de chocolate, te dice, voy para allá.

lunes, 12 de julio de 2010

Cuatro minutos. Una decision

Minuto uno
Tengo cuatro hijos. Estoy recién separado. No puedo tomar vino porque estoy medicado. Este año se define si soy millonario o pierdo todo lo que invertí y la próxima salida me gustaría que te pintes las uñas de rojo para mi.

Minuto dos
No... mentira, risas de parte de él -obvio-. Pedimos?

Esos fueron los primeros dos minutos de la primer cita.
Según indican los especialistas, el común de los mortales adopta una decisión sentimental luego de los cuatro minutos de conocerse.

Minuto tres.
Escudada tras la carta finjiendo una atenta búsqueda culinaria, las voces ajenas de las mesas vecinas se silencian para darle paso a tres pensamientos que te gritan al unísono:

Una certeza: la noche no parece ser la cita soñada y encima recién comienza.
Una pregunta: ¿Que de todo lo que dijo es verdad?
Un dilema: ¿Quedarse y averiguarlo o huir y servir para otra cita?

Minuto cuatro.
¿Que hago?

Qué difícil es ser valiente en estos momentos cuando lo que en realidad te nace es ser cobarde e huir para poder servir para otras citas –San Antonio patas arriba mediante para que las haya-. Pero me extraña de vos, no te enseñamos a huir tipo rata por tirante de las situaciones difíciles dice una voz que no se cansa de imitar a la de tus viejos sobre todo en el gesto con el dedo índice inquisidor apuntando justo entre tus cejas.
Despacio asomas la cabeza por encima de la carta que oficia de escudo y relojeás a tu alrededor en búsqueda de un rostro que desde otra mesa haya escuchado lo que vos: que el pibe tiene cuatro hijos, que está recién separado, que se medica diariamente y que te promete, fetiche de uñas rojas mediante, un futuro de contigo pan y cebolla o contigo fina masa levada con verdes rúculas y tomates disecados al Sunrise –juro que lo leí en una carta en Palermogólico y me pareció genial, sobre todo la parte en donde ni el mozo sabía explicarte que quizo decir el poeta que hace las veces de cocinero-. Obvio que nadie escucho nada, es mas, con suerte a ellos no les toco escuchar algo similar en toda su vida, por eso sonríen felices con gestos de placentero relax en sus rostros, no como el tuyo en donde la boca reproduce fielmente tu estado interior: no sabe si sonreir y comentar “Que chistoso que sos, ¿te ganas la vida asi? Pero porque no te contas uno de gallegos y nos reimos todos” o quedarse impávida esperando que desmienta todo diciendo: “¿Te lo creíste?, es un chiste linda, ¿que querés cenar?”. En cualquiera de los dos casos estas en total derecho de pensar: Este se creyó Olmedo, Biondi y Porcel todos juntos. Si así arranca la noche ni me quiero imaginar como vamos a terminar.

Tu boca junto con vos deciden esperar. Esperar a que nada de lo dicho sea verdad, a que todo lo dicho sea solo un recurso de esos que les encanta usar a los hombres para amenizar los primeros minutos de una cita, digamos, para romper un hielo que a esa altura tiene más kilómetros cuadrados que el Perito Moreno; esperar a que de su boca surja algo que justifique el tiempo que estas pasando con él en lugar de estar en tu casa pasándolo divino con vos misma degustando tu cuarto de helado vanguardista que te quedó en el freezer y que sabes que nadie va a tocar porque obviamente vivís sola.

Justo cuando el sutil reloj de la intuición esta por marcar los primeros cuatro minutos de tu cita él eleva su mirada de la Antología de poetas y cocineros contemporáneos –o carta, como prefieras llamarla- y felizmente replica: ya se que querías comer pastas pero te digo que acá la pizza a la leña es genial y a vos te quedaría divino comerla con la manos si tuvieras las uñas pintadas de rojo.

En el minuto cinco te encontrás parando un taxi en la esquina mientras te miras las uñas y pensas que en cuanto llegues a tu casa tiras todos esmaltes rojos que tengas en el aparador del baño, que a la leña solo queres comer el asado de tu viejo y que único hielo que esperas que se corte es el que te separa del tu cuarto de helado diezmado anoche y vos.

jueves, 1 de julio de 2010

All you need is un sillón

En la mano derecha un juego de llaves que todavía tintinean con un pelota de Racing. En la otra un grabador simil Spika con mp3 comprado en Palermo Choto. A un costado firme como mascota fiel, un jarronazo chino regalo de concubinato. Esos son los números de un bolillero que sorteó mal el premio. Es todo lo que te toco de la repartija de bienes que acabas de cerrar con tu ahora ex novio, ex amigo –porque antes fueron amigos-, ex socio –porque antes de antes, osea en la prehistoria de la relación, fueron socios en un local de ropa de diseño o para ser francos, porque vamos a ser de francos de una buena vez –eso le dijiste y termino yéndose-, para ser francos, lo que vendían no eras mas que un choque de gemelos fantásticos entre prendas del Cottolengo y pitucones de telas resaca de Eleven –Once para los amigos, así como es Flowers a Flores y Little Horse a … el que adivina se gana un premio Alcoyana o de Capri o un Berugo Carámbula articulado- como decía, un choque de gemelos fantásticos que activaba en forma de “ropa vintage de diseño” capaces de no pagarse de acá al día de la Segunda Venida, osea nunca.

De la Spika de plástico –no hablemos de plásticos porque las suspendió a todas y no por dos partidos, sino por todo el campeonato- suena esa canción que hoy pasa a rankear puesto numero uno en la black playlist junto con canciones que te hacen recordar a cada uno de tus ex, una lista con mucho mas gigas que la otra, la que asocias a los momentos felices: vacaciones de amigas en brasil con culos ensungadihos, fiestas de vergüenza pasar, caipirinhas en departamentos ajenos, públicos, privados, lejanos. Suena la más bella de las canciones por esperanzadora y por eso mismo la mas horrorosa, ademas, por tramposa: All you need is love de los cuatro fantásticos, como yo los llamo.
¡All you need is love! ¿Hace falta que cuatro genios te griten en la cara que todo lo que necesitas es amor? ¿Y que hacemos las personas como vos o como yo que a los treinta solo podemos intuir algo sobre el amor, ya que si bien hemos tenido todos los síntomas, todavía no dimos con el diagnóstico final? Además, a esta edad cada vez que se nombra la palabra Amor el link va derecho sin escalas al que te puede dar un hombre –hablo de una pareja, no cualquier hombre: tu jefe, tu padre, el repositor externo del Día y su camisa nevada- ni siquiera hablo del amor filial aunque seas el quinto de los hermanos Riganti o que tus viejos sean la sexta generación viva de tanos que llenan tomos enteros de guías telefónicas en un pueblito al sur de Nápoles. No. Hablo de amor de pareja. A ver si se entiende, no jodamos. Es el único amor en el que se piensa a los treinta y ni hablar cuando ya te pasas de las tres decenas y empezás a escatimar todo recurso que delate tu edad, tipo las velas de la torta de cumpleaños que de pasar a ser la fogata de San Pedro y San Pablo pasa a ser un Cachafaz con una vela aromatizada de decoración.
Pero cuando del capitulo anterior solo te queda dar vuelta la pagina y leer lo que sigue, crees cada vez menos en que todo lo que necesitas es amor y mas cuando el único amor al que le conocías los síntomas es ese que te acaba de poner el punto final.

La ventana abierta, la memoria de una cortina que ya no te protege de tu vecino solterón y su madre que teje de día para destejer de noche, unas paredes tatuadas con los muebles que tanto te costaron subir por las escaleras y que tan fácil bajaron por el ascensor –casi como tu relación- un parquet rayado por el perro que también bajo junto con los muebles y con él, una casa demasiado llana para ser un lugar habitable y entonces vuelve a sonar el tema pero esta ves se evapora desde un auto que pasa nueve pisos abajo, justo por la esquina de Florida y Cangallo, como todavía la llamás, porque Perón es mala palabra, te lo enseñó tu viejo al mismo momento en que te chasqueaba la mano cuando agarrabas el tenedor en forma de cuchara.

Love. Love. Love.
Nowhere you can be that isn’t where you’re meant to be.

Ningún lugar a dónde puedas estar que no sea donde tenías que estar. ¿Yo tenia que estar acá… así, sin ni siquiera el toallón de las chicas Muito Poderosas que compré de raje en Camboriú? ¿Que hay de que puedo modificar el destino, que decrete lo positivo, etc, etc, etc? ¿Qué, con que todo depende de uno, la Ley de atracción y la mar en coche? Estos son los momentos en que te sentís una entupida capaz de incinerar todos tus libros de metafísica básica a lo Guy Montag y gritar por el balcón con las palmas hacia arriba: mis queridos descamisados yo no valgo por lo que soy sino… ¿por lo que descubro cuando dejo de serlo?. Sino estuviera la vieja de enfrente a la que sabes que cualquier ruido le hace saltar el punto, lo gritarías por lo menos a los dos vientos que cruzan la esquina.

Dejaste de ser. De ser vos. Nunca supiste cuando. Tampoco cuando tu casa dejo de serlo o lo que es peor, si algún momento fue una. Y ahí estas, parada en el medio del living casi a medio vivir, cuando en un rapto de lucidez –uno cada muerte de obispo y hoy justo se murió uno- intuís que algo le falta… algo que te acaricie y esta vez no estas hablando de hombres. Algo que te haga sentir en casa, algo que cuelgue el cartel de Hogar y no precisamente de ancianos, algo mullido (que linda palabra)… un sillón. Uno que te abrase, que contenga tus formas, que te haga dormir, uno que te sienta bien, un sillón para volver a ser tu casa. Para volver a ser vos.
¿Los hombres? Los hombres ya vendrán.
It´s easy. Es fácil

lunes, 31 de mayo de 2010

La menos bárbara de todas las que fui (con b minúscula)

No seas tan treintañera me dijo alguien, en una cena, luego del teatro y antes de brindar a los ojos con un Merlot que fue el mas amargo y el mas verdadero de todos los que tomé.
¿Que quiere decir? ¿Como “no seas tan treintañera”? ¿Se puede dejar de serlo cuando todavía no cumpliste los treinta y uno? ¿No sería como dejar de ser la hija de mi viejos, la hermana de mis queridísimos hermanos? ¿O en realidad se puede dejar de ser treintañera porque no es solo una cuestión de edad sino de actitud frente a todo y cuando digo todo es Todo dejando a la Nada afuera como debe ser cuando se hablan de estas cosas?

Por primera vez estoy hablando en primera persona y esto no es menor -me sabrán disculpar- no se si hoy seré divertida, solo seré la que acabo de descubrir: soy lo menos parecida a mí desde que nací. Soy la menos bárbara -con b minúscula- de todas las que fui y eso que fui muchas, de todos los colores, de todos los humores. Pude ser la Bárbara que quise en el momento que quise pero hoy resulta que soy la menos bárbara de todas. Soy aquella que no conozco, por lo nuevo de todo esto y eso que ya llevo un año estrenando traje.

Nací en el 79. En julio del 79. Si las cuentas no me fallan -y son de fallarme bastante- estoy a poco de cumplir treinta y uno. Exactamente a un mes y seis días. Esto de ser treintañera no es poca cosa. Hasta que no los cumplí todo lo que sabía eran mitos urbanos, anécdotas, historias contadas al pasar por quienes ya estaban atravesando el umbral. Me preguntarás que umbral, porque vos no ves ninguno, pero yo te digo que si hay uno, muy alto y casi del grosor de una pared de treinta –este dato se lo debo al arquitecto de mi viejo- de esas que se construían antes, en los edificios viejos, sí, esas paredes que conservan las voces de quienes las vivieron, conservan las memorias de tiempos mas lejanos que los que me separan de mi nacimiento. Es un umbral tan alto que en la distancia que te separa de la cima, perdiste la cuenta de cuanto te llevó, en tiempo, en energías, en sueños, en decisiones, en personas que te hicieron piecito para subir unos centímetros mas y en otras que te pisaron la cabeza para que bajaras unos pocos que de nuevo subiste porque siempre terminas subiendo mas de los que bajas. Siempre, inevitablemente, siempre.
Esa cima que se vuelve como una vuelta de esquina de un barrio que no conoces y tras la cual podes encontrarte con todo, con un todo que por inmenso e inefable da pavura pero que por lo mismo puede darte todo lo contrario. Pero atención, porque descubrir lo que hay mas allá, no es los mismo a los veintipico que a los treinta y pico y no es volver con la vieja musiquita de siempre, no, es cierto: no da lo mismo volver a creer en alguien, que luego te cante truco con el cuatro de copas y encima que gane porque todavía querés creer que un cuatro de copas puede hacerte feliz, no da lo mismo posponer ese viaje que imaginaste en tu cama de soltera mientras elegías al mismo tiempo que carrera que ibas a seguir, no da lo mismo otra vez no terminar con lo que empezaste, no da lo mismo dejar pasar un bondi y otro pensando que es el próximo que viene vacío y en ese si vas a poder sentarte.
Es que ya no te da lo mismo más de lo mismo, porque sencillamente vos ya no sos más de vos misma, sos otra –la segunda persona quiere involucrarte en lo que me pasa, no le hagas caso, necesita buscar cómplices para no sentirse sola, pero esta vez, la decisión esta tomada, hoy escribo en primera y me la banco como morocha argentinaza que soy- como decía, soy diferente a la que empezo a escribir esto, una que acaba de recordar -como siempre pasa cuando uno se olvida de como era en realidad- se acaba de acordar que aun sin poder ver a través de las paredes -o si, pero ese es un cantar para quienes crean en las hadas- la vuelta de la esquina esconde todas las posibilidades, aquellas en las que, prefiero creer son las mas bárbaras de todas las que puedan ser.

martes, 25 de mayo de 2010

Rojo neón afuera. Azul bajo consumo adentro

Rojo neón afuera. Azul bajo consumo adentro. Espejos en los cuatro puntos cardinales. El que apunta para el norte da justo sobre la cama. Ella acostada debajo de él, reflejada por dos. Por cuatro. Por ocho. Replicada al infinito. La piernas de él reflejadas justo en la parte del espejo sano, en la parte rota, su cara en mil fragmentos. Ambos humedecidos por el hule protector de un colchón cansado de ajetreos pasajeros. Ella no puede dejar de observarse como queriendo constatar que esta ahí con él a pesar de tantas causalidades orquestadas mas por el de abajo que por el de arriba.

Ella -como siempre tratando de encontrar alguna coincidencia que mate con un retruco al incómodo silencio de los que cojen por primera y ultima vez- así que mira vos… tu numero favorito es el dos, mira que casualidad justo hoy me regalaron una moneda de dos pesos con la cara de Evita, esa que sacaron hace mucho, es un poco pesada pero yo la llevo en la billetera para atraer la suerte, si, junto con un boleto capicúa tailandés que me regaló un amigo catalán, una medallita de la Desatanudos y una estampita de San Expedito que una vez me dieron en el subte. Yo nunca acepto las estampitas y mas cuando esperan dinero a cambio, pero no se porque ese día en el subte un nene me la dio y la acepte. No se si te dije que estoy convencida de que todo pasa por algo. Ese día sentía que yo tenía que agarrar esa estampita pero no le di dinero porque es fija que los padres se lo chupan en un bar de andén. No, le dí unos Palitos de la Selva que tenia en el fondo de la cartera, me acuerdo que me dijo que él juntaba monedas para comprarse al final de día Palitos de la Selva, que los coleccionaba y que así iba estudiando cada animal y que cuando fuera al zoológico ya los iba a conocer a todos. Que para poder pagar la entrada al zoológico tenía que vender como trescientos Gauchitos Gil o Vírgenes de Luján o lo mismo daba, que la que más salía era la estampita de la Desatanudos. Que me fijara si no tenia el Palito con la jirafa que era el único que le faltaba para completar la colección.
Ese día él estaba de suerte porque justo me quedaba una jirafa en el bolsillo mas chico de la cartera. Yo le pedí que se fijara sino le quedaba una estampita de San Antonio, porque la que yo tenia ya estaba muy gastada y que ahora venia una muy bonita, como remasterizada, con una imagen del santo mucho mas canchera y que justo era la que me faltaba para completar la colección de santos ultimo modelo a las que le pido cosas. Yo también estaba de suerte porque justo le quedaba una.

Él. Nena... sos tremenda ¿siempre fuiste tan buena en la cama?

Ella no saca la vista de si misma, de ese espejo que la devuelve al infinito. Ella que acaba de descubrir que debería sostenerse la mirada a los ojos, como quien esta a gusto con quien habla, como quien no tiene nada que esconder y mira firme para ver todo, ese todo que esta mas acá y que esta mas allá de ella, de todos.

Sigue. La verdad ese día, no me preguntes porque pero los dos tuvimos suerte. Él se llevó su jirafa y yo me quedé con un San Antonio que mientras viajaba entre Congreso y Primera Junta creo que escuchó mi pedido. Pausa.
Por primera vez quita su mirada de si misma y lo ve a él a su lado, su verdadera imagen, no la del fractal que le devuelve el espejo roto del telo mas barato del barrio. Un rojo neón que entra por la ventana aumenta de intensidad hasta que un corto circuito lo estalla y se apaga. El azul bajo consumo hace de él, más de nada, esa nada que es lo único que consigue de ellos. Sigue.
Creo que escucho mi pedido…pero, sino es así, quien me quita lo rezado.

lunes, 17 de mayo de 2010

¿Qué pasa entre un "te llamo" y el momento en que lo hace?

Para los hombres.

Un partido de fútbol con amigos con un tercer tiempo mas largo que los dos primeros; un recorte de barba de hace dos semanas; un cajoneo de papeles al jefe para que por fin elija el retiro voluntario; una lectura minuciosa del Ole mientras no avanza la cola de tres cuadras del lavadero que sale mas barato en José León Suárez al que fue aunque viva en Belgrano; un rescate de camisas del lavadero japonés con la infaltable previa y post queja de que se las dejan arrugadas y dos talles mas chicas además de varias llamadas por teléfono a sus amigos para ver como se instala el plasma HD full full cinco puertas joya nuca taxi que se compro para el mundial. Si el susodicho es algo artista, plantarse frente a un .doc todos las horas que sean necesarias hasta que el pánico a la hoja en blanco muerda el polvo de la derrota cueste lo que cueste -¿a que no sabes que es lo que cuesta? Si, vos-.


Para vos.

Saliste con él que es un divino por mas de diez citas; te pusiste de novia, pasaron ilesos la crisis del primer año; elegiste el cubrecama para cuando se vayan a vivir juntos, se fueron a vivir juntos; él terminó siendo súper hacendoso, hasta plancha sus propias camisas; tuvieron la primer crisis de la convivencia y la superaron con la terapia de pareja que te recomendó tu amiga que mas que una amiga es una hermana de la vida; superaron la crisis con fuerza de voluntad y amor al prójimo; elegiste el souvenir para la boda, unos hermosos portarretratos de mazapán con una foto de cuando viajaron juntos a Camboriú; se casaron, tuvieron la primer crisis matrimonial, con la misma terapia pero con el triple de sesiones la superaron; el apellido de él le va de maravillas a cualquier nombre que elijas ya sea de varoncito o de nena, tienen su primer hijo, crece, se tatúa, sale con chicas y con chicos, elije a los chicos, desfila entangado en la carroza principal de la marcha del orgullo gay, le gana la batalla al gobierno de la ciudad y se casa con Jhony el amor de su vida, vos lloras porque estas ancha de que haya sido tu hijo el que de por tierra las leyes pacatas del siglo pasado; te das cuenta que ahora están solos con el jardín de invierno repleto de bonsái que ya nadie cuida, que tu marido ya no juega al fútbol con los pibes porque de pibes no les queda ni la coquetería y que tampoco les da ni para seguir el fútbol por el plasma HD porque ya no es top, porque ahora lo más es verlo por realidad virtual. Hablando de realidad virtual. Hay algo que suena. es el teléfono. Debe ser él, que divino, finalmente me llamo y eso que Ami –así le decís a tu mejor amiga- no le tenía mucha fe y vos menos. Pero mira que sos desconfiada, te dicen, pero eso te pasa por haber tropezado en ojotas con la misma piedra que ya no sabe como señalizarse para que la esquives de una vez por todas.

Con las patitas que tiemblan pero la voz con madura templanza, antendés.

La voz no es ni por cerca la de él, es mas, crees que es la de tu hermana que ya le quisieras pedir un ADN para tener la certeza que es la que acaba de tirarte un balde de decepción helada por la cabeza sin telegrama ni previo aviso. Si, muy a pesar tuyo y de tus fantasías, es tu hermana que te pregunta si haces algo esta noche. Le respondes que estas un poco cansada, que esto de ir a terapia te agota y mas cuando de temas de pareja se trata pero, que pensándolo bien te vendría bien despejarte un poco y quizás, quien sabe, haya por ahí algún ansioso que antes del segundo llamado te ayude a cuidar los bonsai antes que se marchiten.

lunes, 22 de marzo de 2010

No digas mañana lo que puedas decir hoy

¿Porque será que cada vez que terminamos de ver una típica película moralizante, esas que terminan aconsejando vive el hoy porque mañana no sabes que te puede pasar, nos cagamos de risa mientras estamos en pareja pero no nos alcanzan diez metros por uno de ancho de tela de toalla para secarnos las lágrimas cuando estamos solas o recientemente separadas (que no es lo mismo)?

Domingo. Llueve. Mucho. Parece que llover esta de última moda así es que llueve. Hablando de moda como cambian los tiempos, diría tu tía mientras cambia de canal buscando al esbelto Indio Catriel y se encuentra con un Laport que peina canas largas mientras ya hace de abuelo, antes no te ponías una bota de lluvia ni de casualidad porque tenias dos opciones: o las Pampero amarillas de suela azul que te llegaban a la rodilla o las que insistía en comprarte tu abuela en local de chinelas de la otra cuadra. Ahora hay botas con tanta onda que hasta las usás con cuarenta grados de calor a la sombra y solo para no mojarte con la llovizna fina ilegal de los aires acondicionados.

No sé si lo dije pero sigue lloviendo al estilo película catástrofe pochoclera de esas que mojan hasta en la decimocuarta fila de asientos.

En fin… el taxi que iba a sacarte de tu casa para ir a encerrante en otra no viene. Obvio, nunca te avisa y aunque indignada haces el reclamo por teléfono solo escuchas una vez más esa voz que tanto odias: la voz de la pared que te vuelve a decir lo que dicen todas las paredes que se encargan de atender el teléfono en todas las empresas de las que luego se jactan de tener la mejor atención al cliente: “ Señora…” – si antes estabas mal, ahora estas peor porque no entendés cómo sin verte la cara te diga señora. El pendejo no sabe que edad tenés, si estas casada o no, si te ofende que te sedan el asiento en el bondi porque te ven mayor o no, si sos una señora de verdad o una vieja reventada pero a mucha honra, si te mereces que a los treinta te digan señora o todavía podes tirar unos años mas con el tal “señorita”. ¡El desubicado te dice señora! Casi que le pasarías tu documento por fax para que no sea tan insolente. Sigue, impunemente sigue: “estamos haciendo todo lo posible pero el servicio tiene una demora de una hora por la lluvia” -¡él tiene una demora madurativa pero de años y vos no le decís nada!–. En fin, ya no te interesa escucharlo más por pusilánime. Parece que por la lluvia se han quedado sin lanchas que lleguen hasta tu casa porque se las alquilaron a los nuevos guardacostas de Macri que ya anunció que entre el carril exclusivo para bondis y tachos y las nuevas bicisendas va a inaugurar canales exclusivos para lanchas y sus derivados. Si. Va a estar Vuena Vuenos Aires. Con V de Venecia, es el próximo slogan de campaña. Perdón pero aprovecho el tono político en que derivó la cosa para preguntar ¿cuándo será el día que una bicisenda continúe mas allá de dos cuadras? Si, ya se que la nueva que va de Palermo a Retiro tiene algunos kilómetros, pero la ciudad tiene cientos de calles queriendo se transitadas en paz por ciclistas que, como yo, seguimos sorteando descerebrados en cuatro ruedas. Perdón, me subí al escenario político. Escuche el redoblar de una manguera contra un bombo peronista de la primera hora y me enceguecí -como muchos tantos políticos-. Acomodo la silla y la compostura y vuelvo a lo que nos convoca.

Ok, como no podes salir de tu casa y no te da revolear por el balcón ese maldito reloj que sigue acumulando horas de encierro respirás profundo, descorchás el vino tinto que te quedó de la ultima cena chongueril que tuviste, pones algo rico en el horno y seleccionas la película que vas a ver mientras nadie te molesta. Que bueno vivir sola, pensás, nadie te molesta... que bueno…sola… nadie… Bueno de vez en cuando una molestadita no me vendría nada mal… ¡Ok, no me hagan caso!… Afirmo: ¡que bueno vivir sola!.

Media botella mediante, dientes color cerezas con toques de robles y aromas de arándanos, panza llena y … ¡corazón destrozado!. Acaba de terminar la película que encima se llama EX, divina, una comedia de enredos italiana llena de golpes bajos, en realidad no tan bajos, certeros entre la garganta y la panza, justo a la derecha, en ese lugar donde todavía tenés algunos moretones de las ultimas caídas. ¿Decime quien te mandó a ver esa película y encima un día de lluvia? Claro, el tema no es que la película te haya pegado fuerte porque apela a emociones universales y entonces vos te sentís identificada por eso y nada más. Es que la película esta apelando a tu emoción mas particular que da la casualidad que es una de las universales y encima acabas de perder al que sentís es el amor de tu vida y no le dijiste cuanto lo querías –de amar ni hablar, es una palabra que decidiste no usar mas, a los sumo querer mucho, que suena real y sin tanta pompa-. No lo hiciste porque él enarboló casi orgulloso la credencial de mentiroso –aunque su “te quiero” era más real que todos los tuyos juntos- y de Don Juan adicto a living la vida loca. Pero vos, en el fondo, sabes que el disfraz de Supermacho solo le funciona como escudo protector de heridas femeninas. Ya te gustaría tener uno de tu talle para resguardarte de las masculinas. Pero no hay. Ya no quedan.

Lluvia. Llanto. Aunque ya sabés que ésta es la típica película como otras cientos de miles que a lo Tío Sam apuntándote con el dedo te dicen: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, llorás. Sabes también que este tipo de filosofía de vida es difícil de sostener en el tiempo y que mientras te dura aprovechas y haces cosas como decirle te amo a tu heladero amigo solo para que te sirva doble ración en el medio kilo que te vas a comer sola sin culpa porque solo estamos seguros del hoy. Llorás. Sabes también que es la excusa perfecta para hacer y decir lo que te venga en gana porque total mañana quien sabe. Llorás menos. Sabes también que lo único que te importa en el metro cuadrado de la faz de la tierra que te toco esta vida es decirle a él lo que sentís y que callaste para no sufrir de nuevo. Paró de llover. Parás de llorar y como si la media botella de tinto que queda fuera de puro veneno shakesperiano, redactas tu última voluntad vía mail y se la envías cruzando los dedos para que no le llegue como correo no deseado por sobrepeso de sinceridad. Sale el sol.

lunes, 8 de marzo de 2010

Seis imposibles por día

Cuando Alicia en su país de las maravillas se plantó frente a la Reina y segura esgrimió la idea de que nadie puede creer cosas que son imposibles la Reina, ni lenta ni perezosa, le respondió que cuando ella tenía su edad solía pensar en seis cosas imposibles todos los días durante media hora cada día y que finalmente - y lo maravillosos viene ahora - terminaba creyendo que eran posibles.

Hoy por la mañana te dan ganas de poner en práctica la teoría de esta Reina que ya la quisieras tener de amiga un jueves por la noche cerveza negra mediante y escucharla decir de su boca que todo es posible, arrancando imperturbable millones de hojas del calendario de una historia bajo el sometimiento del tirano Imaginario Social. Ese gran dictador usurpador de ilusiones de cambio al que le echamos la culpa - porque siempre es mas fácil echarle la culpa a un tercero - de no animarnos a pensar en que lo imposible puede ser su contrario.

Bien, si la Reina hubiera sido argenta lo primero que recomendaría seria preparar unos ricos mates, luego escuchar ese tema que hoy es tu tema especial pero que mañana puede dejar de serlo, respirar hondo y atreverse a pensar en seis imposibilidades antes de empezar el día. Pones en práctica tales recomendaciones al estilo receta del buen vivir sacada de un libro de autoayuda pero ya hay algo que no te cierra: Su Majestad quiero que sepa que me cae de perlas y no esta demás decir que sería un honor para mi cocinarle un día de estos unas ricas pastas con una salsa que me sale de rechupete, le pido disculpas por tal palabra lejos de todo léxico formalista es que es la única que describe a la perfección mi don pero volviendo al tema me acabo de dar cuenta que hay algo de su teoría que no me cierra y me parece que es en el verbo pensar. Si, asi como lo oye: Pensar, acción que me ha traído muchas satisfacciones porque, sobre todo, me ha servido para abrirme paso entre tanta supuesta rama fuerte del árbol de la humanidad pero la verdad que cuando me pide enumerar imposibilidades la primera que se me presenta es que no podría pensar en ellas sino imaginarlas o soñarlas. Si me permite, con todo el respeto que su Majestad merece, creo que deberíamos reformular la teoría y establecer no pensar en imposibilidades sino imaginarlas o soñarlas. Le solicito que tenga a bien considerar estos dos nuevos métodos que le propongo ya que tengo pruebas fehacientes de que funciona, de que no es verdad que lo onírico quede en ese terreno y no se vuelva realidad. Permítame decirle, que en estos treinta años llevo casi once mil noches soñando con imposibilidades y otros tantos días viéndolos hacerse posible, para bien y para mal, mas lo primero que lo segundo.

Asi que mi queridísima Reina, y ahora perdoname que te tutee y que no me arrodille antes tus pies pero aprovecho que el tirano ha sido derrocado, te propongo pensar menos y soñar más, aunque esto sea el primer ítem de la lista. Empezemos ahora, tomate el primer mate de la ronda, aca tenés lápiz y papel, te concedo el cálido placer de empezar la lista, luego sigo yo y luego vos que estás leyendo que sos uno de esos imposibles vuelto realidad.

miércoles, 10 de febrero de 2010

Manual del uso de un Sex Buddy

A pocos días de festejar el día de San Valentín me pregunto si a un Sex Buddy debe regalársele todas esas cursilerías baratas tipo flores muertas, bombones vencidos en pleno verano o tarjetas musicales con Cariñositos cantando desafinadamente All you need is love que solo sirven para demostrar que tu novio solo piensa en vos un solo día al año. Si, suena duro nena pero es la verdad, de 365 días que generalmente dura un año solo piensa en vos un día y encima un 14 de febrero que no le podes contar a tus amigas del hermoso gesto que tuvo porque están todas de vacaciones en la playa recibiendo los mismos regalos que vos pero con apliques de caracoles.

Para saber si un Sex Buddy se merece esto primero debemos saber el significado del termino y eso es lo que hoy nos convoca.

Si analizamos la composición de la palabra deducimos que Sex es sexo en inglés (más vale que sobre información y que no falte decía mi abuela mientras me contaba por enésima vez la venida del Nono de Italia) y suponemos que todos sabemos de que hablamos cuando decimos sexo. En realidad hay quienes no pero eso es tema para otro post.
Buddy es, en inglés, compañero, amigo.
O sea, un Sex Buddy es básicamente un compañero de aventura sexual que esta de acuerdo con vos en que lo que están por comenzar es una relación sin vinculo sentimental y sin expectativas de formalizar posteriormente.
Se diferencia de una relación casual o de una noche porque en general hay una seguidillas de encuentros del tercer, cuarto tipo con quintos elementos y sextos sentidos pero, atención, no vale engancharse con el susodicho y para eso te dejo mi legado: un decálogo de ítems a seguir para que tengas noches felices con tu Sex Buddy de turno y salgas ilesa de este tipo de relación sin demasiada relación:

1. Claridad en el pacto que antecede al sex

El planteo seria algo así: mira, te quiero decir algo, hoy tenemos sexo, si sale todo bien, dentro de unos días nos podemos mensajear para ver si da volvernos a dar. Si por algún motivo, que ni quisiera me quiero imaginar ahora, lo de hoy no funciona, ni sueñes que mañana te voy a llamar, ni mucho menos que voy a contestar ningún mensaje de texto enviando para ver que onda, en que nos quedamos la ultima noche, etc. Olvidate.
Suena duro pero ya lo dijo mi tía Cata -una tía muy moderna por cierto- a buen Sex Buddy muchas palabras.

2. Adentro de la habitación todo vale porque mañana si te he visto no me acuerdo.

Es totalmente válido todo aquello que no implementaste con tu ex pero que te morías por hacerlo: uso de disfraces diversos, látigos, mancuernas de medio kilo, 10 repeticiones de 20, flexiones de piernas, salto del tigre, salto en garrocha (si tu Sex Buddy responde al termino garrocha, se generosa y compartí el celu con tantas chicas que no pueden decir los mismo de sus chongos), juguetes sexuales varios tipo el Playmobil striper o el Playmobil taxi boy, ejemplares que existen y que los podes identificar porque son como minis Richy Fort pero en versión macho, en fin es válido el uso de todos aquellos utensilios que siempre viste en las pornos por vhs y que nunca los tuviste ao vivo. Eso si, nada de fotos ni videos, porque no esta bueno aparecer en You Tube con un mini Fort en las partes.

3. En este hotel no existe el pernocte. No insista

“Te llamo un taxi” es la frase menos original pero mas acertada en estas ocasiones. No podes amanecer con un Sex Buddy en tu cama. Porque claramente no puede verte en condiciones naturales a vos y menos vos querés verlo en condiciones naturales a él. Porque, aparte de todo eso, imaginate que si por la mañana resulta que es un súper copado, que no te habla al menos que vos le hables, te prepara el desayuno tal como te gusta y encima su aliento es súper fresco. Claramente empieza a calificar para un tipo de relación diferente y el barco puede comenzar a virar hacia mares que no queremos navegar. Así que siempre es bueno tener un taxi amigo que no es lo mismo que un taxi Buddy, que eyecte al susodicho de tu casa y que lo devuelva a su origen que es donde ahí debe quedarse aunque piense que vos sos su destino.

4. Yo con todos, yo con vos, yo por arriba yo por abajo.

Nunca, escuchen bien, nunca debemos tener un solo ejemplar de Sex Buddy, no debemos otorgarle la exclusividad y mucho menos debe saberlo. Sobre todo lo digo por vos, nena, que se que te resulta difícil encontrar un chongo, imaginate encontrar a dos y encima al mismo tiempo, pero te digo que es sano porque sino todos tus litros de libido -no se porque la libido me la imagino como liquido- apuntan solo a él y mañana si no te llama vas a estar caminando por las paredes hasta que lo haga o lo que es peor, lo vas a llamar vos con reclamos que él no tiene porque contestar, es mas no va a contestar nunca, lisa y llanamente.

5. Hablando de Roma, un reclamo se asoma.

Nada de cuestionar que porque no me llamaste para ir a ver Avatar en 3D con lo que me gusta ir al cine en pareja y comer juntos esos sabrosos pochoclos gigantes súper ruidosos -hablando de este tipo de comportamientos me pregunto porque no se irán a comer a otro lado, no saben que el cine es para ver películas, no para cenar. Además parece que lo hacen a propósito justo cuando se va a develar que el mayordomo es el asesino, meten la mano en el balde y revuelven para encontrar el pochoclo más grande. ¡Por dios!- y menos aún, nada preguntar quien es esa minita que comentó “Me Gusta” debajo de la tu foto en donde estas adorablemente ensungado.
No, decididamente, no es una relación para hacer planteos y no se los permitas a él tampoco. Es mas, si otro chongo te agrega como seguidor en Twitter, él se la tiene que bancar y sino que se vaya a cantar a Gardel -que Dios lo mantenga en la gloria y le conserve la gola-.

6.Sex Schedule (calendario, agenda, programa)

Es muy útil llevar una agenda de visitas. Así como llevás una agenda de cuando te vino, bueno, igual, llevás otra para organizar cuando viene él.
Dentro de lo posible se pacta de antemano una cantidad de visitas por semana que pueden rondar entre un encuentro o dos como mucho, siempre con uno o dos días entre medio para descansar si el susodicho es muy vigoroso y te deja de cama -cosa que él nuca debe saber-.

7. Nunca esperar un mensaje de voz, de SMS, de MSN

A menos que te llegue un mensaje de SEX S.O.S que será al único que responderás inmediatamente porque en este tipo de relaciones no importa el que dirá porque simplemente no te interesa.

8. Bueyes perdidos

Entre sábanas solo charlar de cosas sin importancia. Cuanto menos información personal tengamos mas fácil será cortar el vinculo en el futuro inmediato (“cortar el vinculo” suena de diván, ¿no?).
Para ser mas gráfica: ¿Te acordás cuando le ponías nombre a tu conejo, te encariñabas y luego te dabas cuenta que era la cena de fin de año y desde el plato te decía: ¨por favor no me comas soy Bugs Bunny, tu conejo muerto?¨ Bueno lo mismo pasa acá, cuanto menos sepamos del otro menos nos va a doler la muerte del vinculo (no puedo evitar pensar en mi psicóloga cuando menciono esta palabra).
Te dejo algunos temas para charlar: que bueno que esta el programa de Roquefort, le quisiera golpear los abdominales de titanio que se implantó para escuchar como suenan, esta cada vez mas parecido a Robocop o Donald debería dejar de cantar Las olas y el viento en el programa de verano de la Legrand, es mas, debería dejar de cantarla o ¿así que Pablo rompió con Mara? yo sabia que esa relación no iba a funcionar los dos son muy liberales sexualmente hablando.

9. Nunca pierdas de vista el norte de la relación. Es mentira que “para enamorarse bien hay venir al sur”, si, es la canción de Rafaela Carrá, no se que tiene que ver pero habla de puntos cardinales y creo fervientemente que si existe el amor para siempre, permitanme la licencia para dudar, primero te encuentra él a vos y puede hacerlo en cualquiera de los cuatro puntos cardinales indistintamente. Dicho esto, sigamos:

Si te estás enganchando, tené en cuenta que él puede ser un inmaduro incapaz de llevar la relación a otro plano que no sea el sexual, así es que en cuanto sientas que vos necesitas mas de lo que él puede darte que se tome el buque y lo despedirás sin pañuelo ni llantos no importa cuan bueno haya sido el sexo con él (eso si, acordate ser generosa con las colegas de género y pasá el celu, no te olvides).

10. Atenção (atensao)

Tené en cuenta que llevar adelante una relación con un Sex Buddy no es moco de pavo (aunque hay cada mocoso que no es ningún pavo y bien podría ser un Buddy perfecto) y hay que estar alerta para no caer en la trampa de tu propio corazón que quizás este buscando otros fines sin pensar en los medios.
En este caso, tomate un café con él, si, de tu corazón hablo y dejale en claro que vas a seguir comiendo mandarinas mientras siguen buscando la media naranja.

Y decididamente, nena, a tener sexo con el compañero que elijas a no regalarle nada para el día de los enamorados porque básicamente no lo están y a promover con orgullo y entre todos el Día del Sex Buddy, día que será festejado por la mayoría de nosotros con regalos mucho mas copados que los que estoy harta de ver en las vidrieras de los todox2pesos.

martes, 19 de enero de 2010

¿Cenicienta por un tiempo o La Chacha de Patoruzito?

Para que vamos a preveer si la historia es impredecible decís mientras te dirimís entre una Caipirinha y un Fernet con Coca o mejor entre un hermosísimo extranjero (foráneo, bárbaro, yanqui, que para nosotros lo mismo aunque el susodicho no sea de América, ¿Por qué llamarán a Estados Unidos de Norteamérica, América? No es solo un país que no todo un continente?) y un argentinazo marca dulce de leche.
El primero, que se va en algunos pocos meses, te propone el sueño de toda mujer: ser la Cenicienta solo en la parte en la que a ella le va bien, no en la que tiene que bancarse a la insoportable de la madrastra y limpiar como una yegua. La parte en la que aparece el príncipe azul a enamorarla y a hacerle la vida mas feliz, esa parte donde ella esta divina super lukiada (otra word de palermogólico) y calza tremendos zapatos, aunque se escapa por ahí y lo sabés, la parte en la que el carruaje en escasos meses se convertirá en puré mixto con bife a caballo y tu look de perra comehombres en un enorme pañuelo blanco que azotarás en Ezeiza cuando su avión despegue.
En cambio, el marca Bondi Fileteado Tigre-LaBoca, ese macho argentinazo te propone una relación sin fecha de vencimiento. Aunque sabes que por algún lado tiene que estar, la buscas pero no la encontrás, como cuando compras en el supermercado chino una lata de choclo amarillo venida de Brasil a la que es imposible de encontrar el dato, como si el choclo hubiera tomado un elixir de la vida eterna y se pudiera mantener ahí imperturbable encerrado por siempre... upa! no lo había pensado antes ¿me estaré ahorrando varios años de envejecimiento comiendo choclo brasilero?

Volviendo a lo que nos pone en un cruce de esquinas: la incipiente relación con el papito argento no tiene fecha de caducidad pero no por eso te ofrece garantía de durabilidad asegurada.

Que hacer. ¿Cenicienta por un tiempo o La Chacha de Patoruzito?

A simple vista la elección no es difícil te dice tu amiga Vive El Presente Y no Evalúes lo que Cueste, tu amiga copada con la que te llevás súper bien un sábado a la noche porque te da coraje para tirarte a la pileta aunque no haya agua en un boliche súper top de la costanera, pero el domingo te deja sola con el machucón en la cara que te dejo un pibe que vació la pileta en el momento en que te estabas tirando bomba. Es el tipo de amiga con el que la pasas bárbaro hoy pero mañana agarrate catalina. Tu otra amiga Pensalo Dos Veces Antes de Mandarte No Quiero Verte Sufrir Mañana, es el tipo de amiga que no te empuja al vacío hoy, va a estar mañana domingo curándote las heridas si lo hiciste y te pide que vivas sin demasiados riesgos porque es menos doloroso. Ajá! Perfecto el tipo de amigas que te vuelven a poner en el cruce de esquinas sin empujarte hacia ninguna dirección: ¿caipira o fernet?
Y entonces mientras te tomas un mate en tu depto de soltera pensás que en realidad venís de una relación que se perfilaba seria. Vos no lo decías, pero tu suegra si: esta es la novia de mi hijo, y aunque te daba un poco de frio por la espalda, en el fondo te gustaba la palabra, y más aún que la mencionara una institución como es una Suegra. Ya te ibas sintiendo como pato en el agua con esa función cuando, dejaste de serlo de un día para el otro, lo que confirma la teoría de que ni una institución te da garantías de nada. A gran escala me suena familiar esto: la Argentina será como una enorme suegra que hoy te dice que somos novios y mañana te acorrala la lista de casamiento y te incauta los souvenirs?

En fin, venís de esa situación, así es que un día juntás a tus dos amigas y entre caipiriñas y fernandos les advertís que te vas a tirar a la pileta, pero esta vez con flotadores de patitos en los brazos, que vas a intentar una historia con el Nunca Te Olvides En Pocos Meses Me Voy porque te divierte, porque al fin y al cabo quien te quita lo bailado y porque en el fondo te gusta ser la Cenicienta aún sabiendo que a pesar de terminar comiendo puré mixto con bife a caballo siempre hay una posibilidad de que te vayas a caballo con tu príncipe dorado.

martes, 5 de enero de 2010

366 días con Él - Segunda parte

Luego del te amo dicho así como así, de la nada misma o del todo mismo, él te da un abrazo, un muy cálido y silencioso abrazo y te vas a almorzar con tus viejos, un domingo que ya no es como todos los domingos, por que es el día en que le dijiste por primera vez Te Amo. Es el día T.A.

Como lo tuyo solo fue un acto fallido digno de ser analizado por todas las sesiones de terapia que te alcancen con los sueldos y aguinaldos venideros de acá al día del juicio final o un exabrupto de tu corazón que ahora se envalentona reprochándote el descuido, como si no tuviera nada que ver con el caso, ni siquiera como autor material, no esperas ninguna respuesta de él. Aunque las dos sabemos que es lo único que deseás escuchar de ahora en mas, aunque no se deba notar, ni en los próximos mensajes de textos, los llamados por teléfonos o salidas, ni siquiera cuando nuevamente ese rictus tome tu cara por rehén haciéndote parecer mas a un psicópata que a la dulce señorita que solés ser cuando salen juntos. Pero, insito, por el momento debés controlar la insostenible ansiedad de escuchar que te corresponde en el sentimiento haciéndolo verbo, sino querés que ocurra una de las dos reacciones más comunes del género masculino ante esta situación: salir corriendo o quedarse y salir corriendo más tarde.

Te amo.

Un día, en medio de una clase de Origami tan interesante como todas, el celular canta con esos acordes elegidos especialmente para él, esa melodía que deseás que se repitan en un eterno bis, entona las mas bellas notas anunciando un nuevo mensaje de texto de él: Te Amo. Dos palabras, cinco letras, las combinación semántica que estabas esperando (aclaro, para la que se acaba de sorprender al leer igual que lo hiciste vos mientras plegabas la alita de una grulla, que te esta correspondiendo en el sentimiento y que lo hizo verbo, repito, lo que dice es que te ama). Como ya tenés el brazo rojo de pellizcarte porque no podes creer lo que te esta pasando, la interrumpís a tu compañera mientras esta plegando el piquito de una grulla mucho mas linda que la tuya, para que te confirme que lo que estas leyendo es real y que el remitente es efectivamente de tu chico y no es alguien que se pasa de listo jugando con corazones ajenos. Confirmadísimo, el te amo es de él y seguís sin creerlo, te falta plegar otra alita para que la grulla sea grulla y no una colección de dobleces inconducentes, pero no te importa, Mimí por favor, terminame de plegar la alita que tengo que salir a llamarlo, estoy linda? Sos boba? Si vas a hablar por teléfono. Ay, si tenés razón.
Placa roja: Ultimo Momento, Rictus habría liberado al rehén. La Dulce Señorita Que Solia Ser Cuando Salía Con Él habría vuelto a portar la brillante sonrisa de felicidad que solía tener.

183 días después del dia T.A
Que felicidad, un hombre en la faz de esta tierra que siente igual que vos. Que se juega a todo o nada y que apuesta por un futuro de dos cuartos de helados juntos pero no pegados. Que alegrón, vos si que te sacaste la lotería, nena, aprovecha porque esto no se da todos los días, te dice tu tía mientras que la otra te dice, te estas cuidando, no? Tu papá insiste en saber de donde es, de que trabaja y que pretende de su vida, tu hermano y tu amigo celoso te advierten que ya no les importa que parezca un accidente o que los metan en cana si te lastima y tus amigas que comienzan a envidiarte sanamente (¿alguien me puede decir si la envidia sana existe?)
Ahora si, que si antes hacia cosas por él que no hacías por nadie, ahora ¿Que mas puedo pedir?, pensás: a los treinta años con salud, dinero y amor. Entonces comenzás a sentir la necesidad de que el mundo lo sepa empezando por tu familia, a la que él se niega a conocer cada vez que se lo planteás. Querés pasar el 90% de tu tiempo con él y ya empezás a buscar niditos de amor de tres ambientes…

Pausa

Es en este momento cuando gradualmente los originales apodos comienzan a ser reemplazados por los típicos apelativos: amor, corazón, mi vida hasta volver a los otrora diminutivos de nombres propios terminando en la faz nombre y apellido completo. Comienzan a ser mas frecuentes los dias en que vestis pijama ridiculo mirando Chiche Gelblung un sabado a la noche en su departamento que los que usas tacos altos y strapless atigrado. Él ya no se molesta en cambiarse los pantalones de fútbol del sábado por la tarde para ir a cenar con vos, es más, le parece super gracioso y casi la realización de un sueño: la bella y la bestia ao vivo en un restó de Almagro.
Aumenta paulatinamente las salidas de “soltera” que las salidas de “cazada” (si, con Z), o lo que es peor, te acompaña a las salidas con cara de pocos amigos y se va antes de que termine argumentando que esta un poco cansado, pero que vos te quedes todo el tiempo que necesites, que te espera en la cama, durmiendo como una morza, aclarando con esto que te olvides una vez mas de tener sexo, eso que tenian hace un tiempo y que lo llamaban hacer el amor.

Día 366. Día N.S.V.S.Y

Sos la mujer con la que soñé toda mi vida y soy en este momento el hombre más triste del universo porque no te puedo amar como vos me amas a mi. Mira que lo intente de muchas maneras, pero me estaba sintiendo mal al no corresponderte en el sentimiento. No Sos Vos Soy Yo (N.S.V.S.Y)
Pará ¿Vos me estas diciendo que me estas dejando porque si bien me querés y soy la mujer perfecta para vos, no me podes amar como yo te amo a vos?, ¿Que diferencia hay entre los te quiero iniciales y los te amo posteriores?, por lo que veo letras pero debe haber algo mas… ¿Será que aumenta el nivel de compromiso?, ¿Será que ahora no se juega?, ¿Será que atan y asfixian?
Ya esta pensando en volver a escribirle a tu psicóloga cuando le preguntas:
¿Vos no me dijiste Te Amo? ¿O yo leí mal? Si Mimí me confirmó que eras vos, esta boluda cuando se pone a doblar alitas se enceguece, pero juraría que creí leerlo. Pará, ¿cual es la diferencia entre mi te amo diciéndolo a los ojos y el tuyo vía SMS?

Silencio.

Ahí esta la diferencia. Otra vez problemas de comunicación: vos lo dijiste con el mismísimo corazón a los ojos y con un beso y el lo dijo con los dedos, al celular y a la distancia. No se si tendrá que ver pero que las hay las hay.

Él toma un trago de su té de hiervas al mismo tiempo que vos tratas de bajar el maní salado con cáscara con un trago de cerveza negra y justo ahí en el final del vaso, debajo de la palabra Durax una frase: “luego no me digas que no te avise”.