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miércoles, 29 de septiembre de 2010

De Róbert a Roberto sin escalas

Cuando en la agenda de tu celular reemplazas el amoroso y súper canchero Róbert al frío y despechado Roberto es que la cosa paso de Guatemala a Guatepeor sin escalas.

Noche, oscura noche. No tanto como va a estarlo dentro de unos minutos. Vos y él en su auto, los tres en la puerta de tu casa. Algunas cervezas negras de más, no tantas como hubieras preferido para poder ahogar la pena que te va a dar la siguiente frase:me llamo mi ex y quiere hablar.

Él acaba de deletrear esa tremenda frase así, muy suelto de cuerpo y de culpas.
Así que quiere hablar con vos, mira que divina. ¿Porque no la invitamos a tomar la decimocuarta ronda de birra que necesito para entender lo que me estas diciendo? Dale, yo pago una vuelta más para los tres y hasta para los borrachos del tablón ¡Mira el sentido de la oportunidad que tiene esta chica, es maravillosa! Seguro que acotaba comentarios pelotudos en medio de una escena de esas de suspense hitchcockiana en el cine, no? O en medio de una presentación familiar preguntaba como estaba algún pariente fallecido recientemente y a continuación se disculpaba por el mistake llevándose la servilleta a la boca solo para atajar la incontinencia de frases hechas que se le ocurrían para disculparse. ¡Que diosa! ¿De donde la sacaste? ¿Del Olimpo De las Púberes de Tetas Alzar?
Justo cuando estas a punto de concretar una segunda cita con un pibe que luego de la primera no desenrrolla el pergamino de patologías congénitas, a este pimpollo de yegua se le ocurre arrepentirse de haberlo dejado y encima quiere hablar. ¡¿De que?! ¿De porque el Ken no formalizó con Barby Cristal? ¿De por que la Tammy fue condenada a ser la sirvienta de una rubia hueca 60-90-60 solo por ser morocha y no tener articulaciones en las piernas? Pero porque no llama a la psicóloga, a la amiga con pack llamadas gratis o al 911 y de paso se engancha con algún poli de turno y se deja de meter el culo manzana donde no la llaman?

¡Flaco te dejó! ¿Que parte no entendiste? ¡Ahora vos pasas a ser su ex! Si jugamos al ahorcado con la palabra seguro que no me ganás. Te la deletreo rápidamente: E-X.
Wikipedealo, googlealo, hojeá el Libro Gordo de Petete, hace algo para enterarte el significado de la palabra y sino leeme los labios: dícense de alguien que fue, alguien que ha dejado de ser, puede ser novia, amante, concubina, madre, tutora o lo que haya sido. Alguien que te dejo como te deja el bondi cuando llegas tarde al trabajo un día de tormenta, como te deja el hambre cuando comes, como te deja el tiempo cuando no lo vivís. Enterate que en un abrir y cerrar de ojos con pestañas postizas te cambió por dos de veinte.

Ahora si, la noche es la más oscura en mucho tiempo y eso que no estaba pronosticada ni por el más esperanzador de los horóscopos ni por el más acertado de los meteorólogos.
Ningún censo nos alerta de que en el mundo hay mas turcos de lo que creemos, mas neblina de lo que pronostican o mas tipos perdidos de los que nos imaginamos o todo eso junto elevando a la enésima potencia. El caso es que ni al que te acaba de dejar en la puerta de tu edificio, con un molinete haciendo las veces de puerta de auto, lo guía el norte que le pueda llegar a indicar la brújula mas calibrada y es ahí cuando comenzás creer que todo es un juego de pistas y contratistas, de fríos y calientes que te dejan en un gélido polo, bien lejos de él, bien cerca de vos gritando el avión, el avión junto a Tattoo, un enano que bien podría viajar de La Isla de la Fantasía a tu agenda de contactos sin escalas.

sábado, 18 de septiembre de 2010

Eso es todo amigos

Que bueno es descubrir, luego de haberte limpiado los últimos lodos debajo de las uñas, que cuando algo termina en realidad algo comienza.

Chocolate por la noticia me vas a decir vos que ya te sacudiste el barro de la ultima lucha libre y radiante mostrás tus mejores brackets que ahora te quedan mas sexies que nunca. Si, a vos te hablo que desde ese lado del mostrador la vida te sonríe con los dientes bien parejitos porque ya estuviste de este lado más veces de las que quisieras, como muchas de nosotras, como pocas de las que ni saben que existe un otro lado.
Si vos, que limándote las uñas decís, que noticia que cuando algo se termina algo comienza y te digo algo más –como si fueras a develar el verdadero sentido de la vida- agregas: siempre que se termina algo es para bien o para mal. Genial, si había algo que querías escuchar son palabras que te llevaran en balsa hasta la costa de la nada misma.
El punto es que ahí es donde quiero tirar ancla y reposar. Ahí, no en la costa de la nada misma, sino en el mostrador o en el límite, la idea de ese limite en el que te meces durante segundos contados a mano, minutos de llamadas esperadas, horas de días, días de meses, meses de años, años de vida. Ese límite en donde el barro es más sucio que nunca y humedece los huesos que no conservan la memoria de cuando estaban sanos y no dolían. Ese límite donde también el barro deja de ensuciar, en donde los huesos reconocen que la humedad es solo una circunstancia, igualito que el dolor, una circunstancia. Pero como cuesta. Como cuesta reconocer que hay otro lado del mostrador, como cuesta creer que esa madera vieja y ese mármol agrietado son solo una idea, una falsa creencia. Como cuesta creer en que podes ser cliente y vendedor, que podes embarrarte y no ensuciarte, que podes terminar y empezar, que podes sentarte, abrir un libro y leer: Había una vez y Eso es todo amigos al mismo tiempo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

No soy yo, sos vos

Aunque viste diez veces El Secreto, leíste cuanto manual de metafísica había en la biblioteca de tu vieja y eras fiel practicante del pensamiento claro y actitud positiva, hoy no crees en nada. Y esta vez no sos vos, fue él.

A días de haber terminado una relación que ni siquiera empezó –y no solo es un juego de palabras- preferís creer, y hasta por ahí nomás, en la Santísima Trinidad: Superman, Batman y la Mujer Maravilla, aunque pensándolo bien – y no es por despecho, que quede clarísimo- mas en esta última que en los primeros.

Superman. Si antes te parecía un churro tremendo, con un porte de telenovela, hoy su rulo te parece más deprimente que el de Riverito. Un tipo con baja autoestima y fobia a la criptonita que necesitaba destacarse del resto buscando su aprobación salvando vidas por ahí, evitando la muerte por doquier, en fin, yendo en contra de la Pacha Mama o del destino, inclusive de vos mismo: -Querido, el tren se quedó sin freno, ya recé cien padres nuestros, banqué al insoportable de mi marido por mas de treinta años, me gané el paraíso por lo menos por cinco reencarnaciones ¡si el tren se viene a pique, dejalo! ¿A vos que te molesta?.
Y así el señor Kent se pasó la vida creyendo que le hacia bien a la humanidad mientras a mi tía se le hinchaba la carótida gritando frente al televisor que el casamiento y la mortaja del cielo bajan, que no insista mas en alimentar su ego a costa de modificar el destino al resto de los mortales mientras yo gritaba a la par: ¡Superhéroes del mundo, no somos idiotas y sus enemigos tampoco! Los anteojos no son antifaces, o sea, vos te los pones y tu cara se ve, sos el mismo pero con anteojos. ¡Archienemigo entra en razón! el boludo cuatrojos es Superman, copate y atrapalo ahora que sin traje no tiene coraje ni para confesarle su amor a Luisa Lane.

De Batman siempre te fascinó la capacidad para acudir a la Bati-Señal sin chistar. Ya te gustaría ser el comisionado Fierro levantando el tubo rojo y que al instante aparezca tu héroe y sin cuestionamientos se ofrezca a hacer el bien sin mirar a quien. Pero hoy, piltrafa como estas, recordás que ese Bati-Seudo-Hombre, el héroe de tus tardes, era otro gil con problemas familiares, vengativo por donde lo mires, raro, muy raro. Con un mayordomo obsecuente y un Robin de lazarillo que no servían ni para hacerle entender que su problemita era la envidia, si, la envidia: porque el Pingüino, el Guazón y hasta el Rey Tut -el menos carismático de todos- tenían mucha más onda que él y que todos los súper héroes ocupas del Palacio de La Justicia, edificio que si hubiera tendido dirección legal en Buenos Aires, no hubiera quedado uno sin pasar por el diván de algún psicoanalista freudiano.

Hoy sentís que no crees en nada de lo que creías hasta hace media hora -antes que él galantemente y con un té de hiel de por medio- te dijera que no sos vos, que es él. Te lo dijo a vos que siempre quisiste ser una súper mujer, capaz de cambiarle la vida a cualquier Bati Seudo Hombre que te diera un mínimo de bola y así te fueron las cosas.
A vos, una Wonder Woman rioplantense, a la que ni la cintura de avispa le queda por la sobredosis de Marrocs que devoraste a modo de paliativo antidepresivo. Un vicio contraindicado por tu nutricionista que ya no sabe como decirte que la aguja de la balanza se aburrió de hacer pogo entre el cero y el cien.
Vos, un mujer no tan maravilla, con la innata capacidad de dar vueltas y convertirse en otra, para bien y para mal: un giro y sos una profesional ecológicamente responsable, otro giro y la verdad que te coparía jiponear en Capilla del Monte y hacerle dedo a un Ovni que vaya para El Bolsón; te morís por una porción de fritas pero si el delivery de la heladería te trae un cuarto de helado a las tres de la mañana tocas el cielo con las manos; te querés ir sola a Machu Pichu pero si es con un machu mejor; me gustas mucho, la verdad que sos el Bati Seudo Hombre de mi vida pero si pego otro giro, ya lo estoy pensando, en realidad tenes muchas cosas que no me copan demasiado, no sabes si vender estampitas en el tren o ser gerente de sucursal; te quiero pero si doy una vuelta mas, quizás me doy cuenta que te amo y no se como decírtelo.


Ah mira... así que no soy yo, sos vos. La verdad, ya no se en que creer, estoy mareada o no Lo único que te digo, antes de tomar el ultimo trago frío de hiel, es que si sabes como arrojar el trompo quizás, hasta no se caiga y quede haciendo bonitos giros por un buen rato. Salvo que vos, mi Marciano Favorito, te hayas perdido el yeite por haber estado embobado viendo a la blonda Mujer Biónica.