(Texto Publicado en Victoria Rolanda el 10 de julio de 2012)
Estás disfrutando de un domingo apacible con tu gata, el mate, el
diario prestado del hall del edificio y el olor leña a punto de ser
asado de tu vecino, cuando de pronto te encontrás delante de tu nuevo
Smartphone. Súper cool, súper touch screen ¡¡¡Súper difícil de
domesticar!!!
Todo comenzó cuando le aceptaste a un reverendo desconocido, símil
contestadota automática, un cambio de equipo. El que tenías con pantalla
ámbar ya no servía ni para despertador. Para vos con llamar y recibir
llamadas era suficiente pero no. Pensar así hoy en día sería como tener
delante una torta de chocolate y conformarte con la frutilla del medio.
¿Cómo conformarte con una hamaca oxidada si te ofrecen un parque de
diversiones en tus manos con miles de opciones para comunicarte con el
resto de la humanidad?
Así es que luego de leer el manual de instrucciones en los treinta
idiomas disponibles, no podés escapar a la pregunta que toca vorazmente a
la puerta de tu ignorancia: ¿Qué corno es un Smartphone?
Así es que como de Smart sólo conoces al Maxwell, el Súper Agente 86,
inmediatamente volteás tu cabeza hacia la biblioteca y, con vista de
rayo láser, esperás encontrar tu gastado diccionario de la primaria para
que te desasne un poco. Pero no sólo no lo encontraste sino que no
estás orgullosa de no saber donde quedó en medio de esa biblioteca con
muchos libros leídos, otros tantos sin leer y la Tablet en medio,
mofándose de tener guardados muchos mas libros de los que serás capaz de
leer en un vida.No encontrarlo te da la inevitable nostalgia
treintañera, esa que también puede aparecer a los veintipico. Nostalgia
de cuando buscabas una palabra por la primera letra, luego por la
segunda y tercera hasta que la encontrabas y luego, una vez aprendida,
leías los significados de las palabras aledañas sólo por curiosidad y
poco también para no terminar la tarea que siempre era aburridísima.
Fue en ese preciso instante en que el Smartphone comenzó a bailar
antes tus narices cantando a cappella y recordándote la pregunta y
entonces te diste cuenta de algo que inevitablemente marca con sello de
fuego esto de ser treintañera: podés buscar el significado de Smart
Phone en el mismo phone, o sea, en tu mismo teléfono. ¡Increíble! Para
cuando te diste cuenta de esto del asado de tu vecino sólo quedaron
cenizas. Solo resta hacer un sincero mea culpa con una firme promesa de
ayudar a tus viejos a prender la compu y mandar mails por el resto de tu
vida
Hace mucho tiempo que se inventó la computadora, el mismo tiempo que a mi viejos le explico como prenderla, ya ni te digo mandar un mail. Creo que este es mi karma igual que el de muchas de nosotras... pero no los cumplo ellos no nacieron en esta era... muy gracioso tu post.
ResponderEliminarhey! recién descubro tu blog y me parece genial, me siento identificada con muchas cosas, te felicito!
ResponderEliminarHola niña de los 80', gracias por leer!!!!!
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