Translate

lunes, 31 de mayo de 2010

La menos bárbara de todas las que fui (con b minúscula)

No seas tan treintañera me dijo alguien, en una cena, luego del teatro y antes de brindar a los ojos con un Merlot que fue el mas amargo y el mas verdadero de todos los que tomé.
¿Que quiere decir? ¿Como “no seas tan treintañera”? ¿Se puede dejar de serlo cuando todavía no cumpliste los treinta y uno? ¿No sería como dejar de ser la hija de mi viejos, la hermana de mis queridísimos hermanos? ¿O en realidad se puede dejar de ser treintañera porque no es solo una cuestión de edad sino de actitud frente a todo y cuando digo todo es Todo dejando a la Nada afuera como debe ser cuando se hablan de estas cosas?

Por primera vez estoy hablando en primera persona y esto no es menor -me sabrán disculpar- no se si hoy seré divertida, solo seré la que acabo de descubrir: soy lo menos parecida a mí desde que nací. Soy la menos bárbara -con b minúscula- de todas las que fui y eso que fui muchas, de todos los colores, de todos los humores. Pude ser la Bárbara que quise en el momento que quise pero hoy resulta que soy la menos bárbara de todas. Soy aquella que no conozco, por lo nuevo de todo esto y eso que ya llevo un año estrenando traje.

Nací en el 79. En julio del 79. Si las cuentas no me fallan -y son de fallarme bastante- estoy a poco de cumplir treinta y uno. Exactamente a un mes y seis días. Esto de ser treintañera no es poca cosa. Hasta que no los cumplí todo lo que sabía eran mitos urbanos, anécdotas, historias contadas al pasar por quienes ya estaban atravesando el umbral. Me preguntarás que umbral, porque vos no ves ninguno, pero yo te digo que si hay uno, muy alto y casi del grosor de una pared de treinta –este dato se lo debo al arquitecto de mi viejo- de esas que se construían antes, en los edificios viejos, sí, esas paredes que conservan las voces de quienes las vivieron, conservan las memorias de tiempos mas lejanos que los que me separan de mi nacimiento. Es un umbral tan alto que en la distancia que te separa de la cima, perdiste la cuenta de cuanto te llevó, en tiempo, en energías, en sueños, en decisiones, en personas que te hicieron piecito para subir unos centímetros mas y en otras que te pisaron la cabeza para que bajaras unos pocos que de nuevo subiste porque siempre terminas subiendo mas de los que bajas. Siempre, inevitablemente, siempre.
Esa cima que se vuelve como una vuelta de esquina de un barrio que no conoces y tras la cual podes encontrarte con todo, con un todo que por inmenso e inefable da pavura pero que por lo mismo puede darte todo lo contrario. Pero atención, porque descubrir lo que hay mas allá, no es los mismo a los veintipico que a los treinta y pico y no es volver con la vieja musiquita de siempre, no, es cierto: no da lo mismo volver a creer en alguien, que luego te cante truco con el cuatro de copas y encima que gane porque todavía querés creer que un cuatro de copas puede hacerte feliz, no da lo mismo posponer ese viaje que imaginaste en tu cama de soltera mientras elegías al mismo tiempo que carrera que ibas a seguir, no da lo mismo otra vez no terminar con lo que empezaste, no da lo mismo dejar pasar un bondi y otro pensando que es el próximo que viene vacío y en ese si vas a poder sentarte.
Es que ya no te da lo mismo más de lo mismo, porque sencillamente vos ya no sos más de vos misma, sos otra –la segunda persona quiere involucrarte en lo que me pasa, no le hagas caso, necesita buscar cómplices para no sentirse sola, pero esta vez, la decisión esta tomada, hoy escribo en primera y me la banco como morocha argentinaza que soy- como decía, soy diferente a la que empezo a escribir esto, una que acaba de recordar -como siempre pasa cuando uno se olvida de como era en realidad- se acaba de acordar que aun sin poder ver a través de las paredes -o si, pero ese es un cantar para quienes crean en las hadas- la vuelta de la esquina esconde todas las posibilidades, aquellas en las que, prefiero creer son las mas bárbaras de todas las que puedan ser.

17 comentarios:

  1. por fin alguien que dice lo que muchas sentimos y no sabemos como decirlo, gracias Barbara.

    ResponderEliminar
  2. la verdad que es raro leerte en este tono pero no dejas de sorprendernos siempre... gracias

    ResponderEliminar
  3. Barbara, como siempre, impecable, increible, leerte siempre es un placer. Segui haciendolo, lo necesitamos.

    ResponderEliminar
  4. Simplemente... Marta!!

    ResponderEliminar
  5. Aunque me falte un año para llegar frente al umbral, te cuento que se siente...que lo que lei hoy me da mucho que pensar, hace unos meses vengo pensando y sintiendo lo mismo...es algo dentro de mi que me dice que ya no soy la misma, que mucho de lo nuevo por llegar está, y simplemente prefiero dejarme llevar y decidí dejar de analizar TODO!! y comenzar a DISFRUTAR MAS!! gracias por tus palabras tan oportunas.
    te quiero
    Den

    ResponderEliminar
  6. Totalmente de acuerdo, nosotros los de antes, ya no somos los mismos dijo Neruda y cuanta razon tenia!

    ResponderEliminar
  7. A mis treinta ya poco da lo mismo, ni lo mismo tampoco dá.

    ResponderEliminar
  8. manos mal para el mundo y para nosotros que no nos da lo mismo las mismas cosas... que triste seria lo contrario

    ResponderEliminar
  9. Como me gusta leerte bruja! cada dia mas BARBARA para las que pasamos los 30.
    abrazo

    ResponderEliminar
  10. Hola Fer! Como es la vida luego de los 30? yo lo voy a averiguar dentro de unos dias......

    ResponderEliminar
  11. Gran placer leerte Barbarita.
    Como el sonido al músico, tus letras al lector...
    No dejes de escribir!
    Besos

    ResponderEliminar
  12. Anonimo, siempre deteste la falsa modestia, prefiero confiar en lo que se hace de corazón y aceptar que haya alguien al que le llegan estas palabras que no son mias... que vienen de algun lugar, que solo las organizo... hermosa frase: Como el sonido al músico, tus letras al lector...que maravilla que haya un lector... esos son los milagros a los que yo le tengo profunda fe.

    ResponderEliminar
  13. Gracias por tu texto. Me dio por responderte con el que sigue. Saludos!

    Que quede asentado que yo tampoco sé qué pasó con la vida que llevaba hasta hace unos meses. Y no, claro que no da lo mismo. De pronto cambió todo por completo, y fueron decisiones, y fue seguir al viento. Fue un impulso inocente que me hizo volver a aquel bar, en medio de la noche, a buscar un sueño. Fue otro impulso el de salir a buscar algo diferente, de no quedarme en el molde de siempre. Y de vivir en Gran Buenos Aires, ser soltera y empleada a veces, vivir con los viejos, intentar sacar fotos, me encuentro cumpliendo los 30, yo también, en un departamento alquilado, en Berlín, con ese novio al que encontré en aquel bar tan austral. Apechugando a 20 grados bajo cero, preparando café tras café, capuchino tras capuchino. Cambiando de idioma como quien cambia de calzón, estudiando una lengua nueva, y sin encontrar el foco en mis fotos. Leo estos textos, y es torbellino. Y son miles de impresiones, cientos de lágrimas, e infinidad de alegrías. No doy con la profesión, me hago mil preguntas. Soy feliz, y sigo buscando. Sigo al viento, o me dejo llevar. Todo, absolutamente todo ha cambiado. Me han dado por salir canas. La celulitis se hace la canchera. Sin embargo, tengo el cuerpo más amado, el paso más despreocupado y, quién lo hubiera dicho, he vuelto a andar en bicicleta. Salud, amigos! Y amor. El dinero… alguien lo ha visto, en este último tiempo?

    ResponderEliminar
  14. Gracias por tu texto. Me dio por responderte con el que sigue. Saludos!

    Que quede asentado que yo tampoco sé qué pasó con la vida que llevaba hasta hace unos meses. Y no, claro que no da lo mismo. De pronto cambió todo por completo, y fueron decisiones, y fue seguir al viento. Fue un impulso inocente que me hizo volver a aquel bar, en medio de la noche, a buscar un sueño. Fue otro impulso el de salir a buscar algo diferente, de no quedarme en el molde de siempre. Y de vivir en Gran Buenos Aires, ser soltera y empleada a veces, vivir con los viejos, intentar sacar fotos, me encuentro cumpliendo los 30, yo también, en un departamento alquilado, en Berlín, con ese novio al que encontré en aquel bar tan austral. Apechugando a 20 grados bajo cero, preparando café tras café, capuchino tras capuchino. Cambiando de idioma como quien cambia de calzón, estudiando una lengua nueva, y sin encontrar el foco en mis fotos. Leo estos textos, y es torbellino. Y son miles de impresiones, cientos de lágrimas, e infinidad de alegrías. No doy con la profesión, me hago mil preguntas. Soy feliz, y sigo buscando. Sigo al viento, o me dejo llevar. Todo, absolutamente todo ha cambiado. Me han dado por salir canas. La celulitis se hace la canchera. Sin embargo, tengo el cuerpo más amado, el paso más despreocupado y, quién lo hubiera dicho, he vuelto a andar en bicicleta. Salud, amigos! Y amor. El dinero… alguien lo ha visto, en este último tiempo?

    ResponderEliminar
  15. Los años de creer, con crisis de fe incluida, en que somos una unidad a pesar de nuestras diferencias queda comprobada en la tremenda conexión que siento al leer estas palabras que se desprenden también como un torbellino, así como se me presentan a mi cada día. Angustia, felicidad y viceversa. Estoy profundamente agradecida que hayas dedicado tiempo en unirte a estas ideas que ya, estoy convencida,no son solo mías. Contigo queda comprobado una vez mas. Quien seas, has tenido el coraje que muchas veces no tuve, porque he preferido frenar el viento con varias sombrillas. Algunas de las que ahora me arrepiento haber erigido. Estoy orgullosa de que le hayas hecho caso a la sangre que te llevó a ese bar tan austral para luego arrojarte en Berlín, una ciudad tan a la vuelta de la esquina para mi, que al leerte, se te siente tan cerca y real como esas canas que ya no arranco porque hasta me simpatizan. De las palabras que necesito para expresar lo que siento en el momento de teclear no me quedan, creo que nunca las tuve. Son de ese tipo de palabra que no existen y que daría la vida para que así fuera. Brindo por tu paso despreocupado, por tu cuerpo bienamado y al mal dinero buena cara!!

    ResponderEliminar
  16. Hey, gracias por contestar, no fui anónima por elección, sólo me ganó la tecnología, y no encontré cómo poner mi nombre. A ver si ahora sale,también he tenido costumbre de bloguera, y ahora está un poco relegada, aunque con ganas de volver. Estás invitada, claro! saludos! Betiana

    ResponderEliminar
  17. Hola Betiana, pude leer algunos de tus textos y me identifique en la forma de hacer memoria, en la forma de tus imagenes. Me gusta lo que haces. Porque lo relegaste? Avanti que escribir es una de las formas de vivir.

    ResponderEliminar

Dejá tu comentario que será respondido a la brevedad.