¿Porque será que cada vez que terminamos de ver una típica película moralizante, esas que terminan aconsejando vive el hoy porque mañana no sabes que te puede pasar, nos cagamos de risa mientras estamos en pareja pero no nos alcanzan diez metros por uno de ancho de tela de toalla para secarnos las lágrimas cuando estamos solas o recientemente separadas (que no es lo mismo)?
Domingo. Llueve. Mucho. Parece que llover esta de última moda así es que llueve. Hablando de moda como cambian los tiempos, diría tu tía mientras cambia de canal buscando al esbelto Indio Catriel y se encuentra con un Laport que peina canas largas mientras ya hace de abuelo, antes no te ponías una bota de lluvia ni de casualidad porque tenias dos opciones: o las Pampero amarillas de suela azul que te llegaban a la rodilla o las que insistía en comprarte tu abuela en local de chinelas de la otra cuadra. Ahora hay botas con tanta onda que hasta las usás con cuarenta grados de calor a la sombra y solo para no mojarte con la llovizna fina ilegal de los aires acondicionados.
No sé si lo dije pero sigue lloviendo al estilo película catástrofe pochoclera de esas que mojan hasta en la decimocuarta fila de asientos.
En fin… el taxi que iba a sacarte de tu casa para ir a encerrante en otra no viene. Obvio, nunca te avisa y aunque indignada haces el reclamo por teléfono solo escuchas una vez más esa voz que tanto odias: la voz de la pared que te vuelve a decir lo que dicen todas las paredes que se encargan de atender el teléfono en todas las empresas de las que luego se jactan de tener la mejor atención al cliente: “ Señora…” – si antes estabas mal, ahora estas peor porque no entendés cómo sin verte la cara te diga señora. El pendejo no sabe que edad tenés, si estas casada o no, si te ofende que te sedan el asiento en el bondi porque te ven mayor o no, si sos una señora de verdad o una vieja reventada pero a mucha honra, si te mereces que a los treinta te digan señora o todavía podes tirar unos años mas con el tal “señorita”. ¡El desubicado te dice señora! Casi que le pasarías tu documento por fax para que no sea tan insolente. Sigue, impunemente sigue: “estamos haciendo todo lo posible pero el servicio tiene una demora de una hora por la lluvia” -¡él tiene una demora madurativa pero de años y vos no le decís nada!–. En fin, ya no te interesa escucharlo más por pusilánime. Parece que por la lluvia se han quedado sin lanchas que lleguen hasta tu casa porque se las alquilaron a los nuevos guardacostas de Macri que ya anunció que entre el carril exclusivo para bondis y tachos y las nuevas bicisendas va a inaugurar canales exclusivos para lanchas y sus derivados. Si. Va a estar Vuena Vuenos Aires. Con V de Venecia, es el próximo slogan de campaña. Perdón pero aprovecho el tono político en que derivó la cosa para preguntar ¿cuándo será el día que una bicisenda continúe mas allá de dos cuadras? Si, ya se que la nueva que va de Palermo a Retiro tiene algunos kilómetros, pero la ciudad tiene cientos de calles queriendo se transitadas en paz por ciclistas que, como yo, seguimos sorteando descerebrados en cuatro ruedas. Perdón, me subí al escenario político. Escuche el redoblar de una manguera contra un bombo peronista de la primera hora y me enceguecí -como muchos tantos políticos-. Acomodo la silla y la compostura y vuelvo a lo que nos convoca.
Ok, como no podes salir de tu casa y no te da revolear por el balcón ese maldito reloj que sigue acumulando horas de encierro respirás profundo, descorchás el vino tinto que te quedó de la ultima cena chongueril que tuviste, pones algo rico en el horno y seleccionas la película que vas a ver mientras nadie te molesta. Que bueno vivir sola, pensás, nadie te molesta... que bueno…sola… nadie… Bueno de vez en cuando una molestadita no me vendría nada mal… ¡Ok, no me hagan caso!… Afirmo: ¡que bueno vivir sola!.
Media botella mediante, dientes color cerezas con toques de robles y aromas de arándanos, panza llena y … ¡corazón destrozado!. Acaba de terminar la película que encima se llama EX, divina, una comedia de enredos italiana llena de golpes bajos, en realidad no tan bajos, certeros entre la garganta y la panza, justo a la derecha, en ese lugar donde todavía tenés algunos moretones de las ultimas caídas. ¿Decime quien te mandó a ver esa película y encima un día de lluvia? Claro, el tema no es que la película te haya pegado fuerte porque apela a emociones universales y entonces vos te sentís identificada por eso y nada más. Es que la película esta apelando a tu emoción mas particular que da la casualidad que es una de las universales y encima acabas de perder al que sentís es el amor de tu vida y no le dijiste cuanto lo querías –de amar ni hablar, es una palabra que decidiste no usar mas, a los sumo querer mucho, que suena real y sin tanta pompa-. No lo hiciste porque él enarboló casi orgulloso la credencial de mentiroso –aunque su “te quiero” era más real que todos los tuyos juntos- y de Don Juan adicto a living la vida loca. Pero vos, en el fondo, sabes que el disfraz de Supermacho solo le funciona como escudo protector de heridas femeninas. Ya te gustaría tener uno de tu talle para resguardarte de las masculinas. Pero no hay. Ya no quedan.
Lluvia. Llanto. Aunque ya sabés que ésta es la típica película como otras cientos de miles que a lo Tío Sam apuntándote con el dedo te dicen: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, llorás. Sabes también que este tipo de filosofía de vida es difícil de sostener en el tiempo y que mientras te dura aprovechas y haces cosas como decirle te amo a tu heladero amigo solo para que te sirva doble ración en el medio kilo que te vas a comer sola sin culpa porque solo estamos seguros del hoy. Llorás. Sabes también que es la excusa perfecta para hacer y decir lo que te venga en gana porque total mañana quien sabe. Llorás menos. Sabes también que lo único que te importa en el metro cuadrado de la faz de la tierra que te toco esta vida es decirle a él lo que sentís y que callaste para no sufrir de nuevo. Paró de llover. Parás de llorar y como si la media botella de tinto que queda fuera de puro veneno shakesperiano, redactas tu última voluntad vía mail y se la envías cruzando los dedos para que no le llegue como correo no deseado por sobrepeso de sinceridad. Sale el sol.
Cada vez mejor!!! sin palabras!!
ResponderEliminarnaaa!! yo el viernes me junte con 2 amigas a ver ex-todos tenemos uno (título completo del film) !! al final lo dejamos porque el audio de mis parlantes era una porquería!! :( Así q postergado hasta q los cambie :( ... la peli parece q se extrena por julio..pero no podiamos esperar a la pantalla grande!! PD. EXCELENTE EL POST!! Y ES VERDAD MUCHAS VECES APROVECHAMOS LA LLUVIA PARA DESAHOGARNOS! Dorais
ResponderEliminarDorais, Gracias por recordarme el titulo completo. La película es genial. La lluvia, el vino, la pelicula y algunso sentimientos encontrados generan desahogo!! bss
ResponderEliminar"Solo se lo que siento" y ella, obvio salio corriendo.
ResponderEliminarLos Te Amo no deben demorarse más allá de lo que demora el pensamiento en hacerse palabra.
Es totalmente arriesgado. Es abrirse las viejas heridas y esperar que el otro tenga un frasco de cicatrizante y no de sal en la mano.
Y hay que decirlos de frente, a los ojos. O de espalda si se esta haciendo "cucharita".
Un Te amo dicho en tiempo real libera tensiones, reduce el colesterol, borra la culpa y deja en paz a la mente luego de que la relación se termina. Ni hablar del alivio que significa si la relación continua. Los mails sen para mandar datos de laburo, coordinar alguna joda y mandar a la mierda a la gente que da asco, como los anteojos oscuros.
Admirable el post: mucho clima, me hizo desear un whisky.
"Anónimo"
Mi identidad será revelada, pero no aún.
PD: No vi un solo ciclista en ninguna de las nuevas bicisendas. Eso tiene que significar algo.
PD2: a mi la lluvia no me inspira, pero un fernet con soda y cinzano me tomo.
sos una genia, me encanta como escribis Barby!!!
ResponderEliminar( besitoss!! sami)
Barbara, soy Rocio del Taller de Dramaturgia con A. Barchilon, el lunes estuvimos hablando, te acordás? Sabes que vi que te tenia como seguidora, se ve que en el momento en el que mire por primera vez el blog, me gustó tanto que me puse a seguirlo, no soy muy de hacer esas cosas pero siempre hay una primera vez. te mando un beso grande y ahora espio un poco tus notas...
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo: la palabra Sra. suena muy patética cuando tenes 26 o 30 anos, si me habrán llamado Sra.! y chicos que apenas tienen ocho o diez anos menos que yo!Incluso me encontré preguntandoles por qué me decían así y me contestaron: - Por respeto, por respeto.
ResponderEliminarYa les va a llegar, esa será nuestra venganza: el día que los llamen Sres. a ellos y les diganq que se lo dicen con respeto!!